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La pandemia del coronavirus y el confinamiento social para ralentizar su propagación obligaron a casi todos los actores sociales al trabajo remoto desde el hogar.

En ese contexto, dos centros y una universidad analizaron a través de una encuesta la modalidad de trabajo remoto entre los directivos de la Administración Pública Nacional (APN).

Se trata de personas con rol clave en el liderazgo de sus equipos técnicos y en la concreción de políticas públicas.

Los datos registrados revelaron una alta penetración de la modalidad de trabajo remoto en la dirección pública.

Esto ocurre pese a contar con un nivel bajo de capacitación para esa modalidad de trabajo y con un uso mayoritario de dispositivos y tecnología propia.

Al mismo tiempo, la encuesta reveló que esta modalidad remota no implicó impedimentos para la realización de actos administrativos.

Tampoco significó limitaciones en el marco normativo para el desempeño de su función ejecutiva.

Este elemento destaca la continuidad de la gestión de gobierno de modo remoto.

Líneas de acción para el futuro

Los resultados de este trabajo permiten plantear algunas líneas de acción para el futuro inmediato.

Por ejemplo fortalecer las capacitaciones, establecer procesos sensibles a los horarios y tareas de cuidado.

También facilitar herramientas, plataformas y dispositivos informáticos por parte del Estado.

La encuesta fue realizada por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDYAT).

Según me informó el CIPPEC en un comunicado, se realizó entre el 2 de junio y el 2 de agosto a 280 directivos de la alta dirección pública.

Comprendió a 20 ministerios de la APN, la Jefatura de Gabinete y la Presidencia de la Nación.

El objetivo de la encuesta fue analizar la relación entre recursos existentes, utilizados y deseables dentro de la administración pública en el contexto del trabajo remoto derivado de la pandemia. También se enfocó en su impacto en la modalidad de trabajo.

La encuesta reveló que el 45% de quienes fueron encuestados realiza sus tareas con una modalidad de trabajo a distancia.

El 33% asiste solo de manera eventual de forma presencial al lugar de trabajo.

El 73% de los equipos de trabajo a cargo de los directivos públicos trabaja de forma remota, poniendo la carga del trabajo presencial sobre los directores.

Aumento de la carga laboral

El 95% de quienes fueron encuestados asegura que mantuvo o aumentó su carga de trabajo.

Casi la totalidad de los encuestados se apoya en el sistema de Gestión Documental Electrónica (GDE) y más de la mitad utiliza Zoom o WhatsApp para realizar reuniones virtuales con la modalidad de videoconferencia.

Sin embargo, el 75% utiliza una cuenta gratuita o que paga de su bolsillo y solo el 21% utiliza una cuenta oficial que paga el Estado.

También refirieron un uso bajo de servidores compartidos donde almacenar información y en sistemas propios donde se vuelca información sustantiva del área.

Cuando se analiza el uso de dispositivos para el trabajo remoto, los directivos se apoyan en teléfonos y computadoras propias. Menos del 25% utiliza dispositivos que provee el Estado.

Carencias de capacitación

Sobre las capacitaciones para el trabajo remoto, se registra solo un 8% de alcance en las capacitaciones para el trabajo remoto de los equipos a cargo.

Se evidencia desconocimiento o ausencia de protocolos para el regreso al trabajo presencial.

Más de la mitad de quienes fueron encuestados desempeña tareas de cuidado en su hogar, en su mayoría de niños.

Estas tareas se encuentran distribuidas equitativamente entre mujeres y varones.

Sin embargo, las tareas de cuidado de personas (adultas o menores) ocupan en promedio 4,76 horas para mujeres y 4,63 para varones, mientras que las tareas de mantenimiento del hogar ocupan en promedio 3,41 y 3,01 respectivamente. Puedes leer un resumen del informe y gráficos aquí.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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