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Azerbaiyán lanzó el 27 de septiembre de 2020 un ataque militar a gran escala contra la república de Artsaj, que hasta 2017 se llamó Nagorno Karabaj, en el Cáucaso sur. La situación, que puede considerarse como guerra, tiene una serie de causas.

El origen del conflicto de Nagorno Karabaj, una región montañosa también conocida como Alto Karabaj, comenzó a principios del siglo XX, cuando la región quedó bajo control de la ex Unión Soviética.

Iósif Stalin, el ex dictador soviético decidió entregar la gestión de Karabaj, habitada desde hace siglos por personas de origen armenio, a la República Socialista Soviética de Azerbaiyán en calidad de región autónoma en 1923.

En 1988 surgió un movimiento independentista en Armenia y en Karabaj que comenzó a manifestarse a favor de la reunificación de ambas, pedido que fue rechazado por el Gobierno soviético.

Banderas de Armenia y Artsaj en el puesto fronterizo de Artsakh en la ruta de Goris a Stepanakert.

La guerra de 1994

Tanto Armenia como Azerbaiyán y Nagorno Karabaj declararon su independencia antes de la desintegración de la Unión Soviética.

Esto desembocó en una guerra entre Nagorno Karabaj, apoyada por Armenia, y Azerbaiyán, apoyada por Turquía.

Durante el conflicto, se produjeron los pogromos de Sumgait, Bakú y Kirovabad.

Fue una serie de matanzas y ataques contra la población armenia que vivía en Azerbaiyán, promovidos por las autoridades azerbaiyanas y ejecutado por civiles.

En esa guerra, el gobierno de Azerbaiyán denunció que el ejército armenio produjo una masacre en el poblado de Khojaly, hecho por el que el gobierno de Armenia culpó al propio ejército de Azerbaiyán.

La guerra a gran escala duró hasta 1994, cuando Azerbaiyán se vio obligada a firmar un cese del fuego con Nagorno Karabaj y Armenia tras sufrir grandes derrotas militares.

En 2018 visité en Stepanakert, la capital de Artsaj, el museo de los soldados de esta república caídos en esa guerra en la década del 90.

Grupo de Minsk

En ese momento, se acordó que el organismo encargado de mediar en el conflicto sería el Grupo de Minsk (capital de Bielorrusia) de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE, copresidido por los Estados Unidos, Rusia y Francia.

El ejército de Nagorno Karabaj controla siete distritos adyacentes que son parte de Azerbaiyán, cuya población fue desplazada durante la guerra.

Mapa en inglés sobre el territorio en conflicto.

El gobierno de Azerbaiyán considera a Nagorno Karabaj como un territorio propio ocupado por Armenia, y se ampara en el derecho internacional a la integridad territorial.

La población de Nagorno Karabaj, que visité en octubre de 2018 (las fotografías que ilustran esta nota fueron tomadas en ese viaje), fundó una república con todas sus instituciones y argumenta que su población cuenta con el derecho a la autodeterminación para declararse independiente.

Casa de Gobierno de Artsaj en Stepanakert.

La República de Nagorno Karabaj, que desde 2017 es llamada Artsaj, no es reconocida por ningún país del mundo.

Choques militares posteriores a la guerra

Desde la firma del cese del fuego, hubo violaciones a la tregua en la línea de contacto, con situaciones que llegaron a escalar en la guerra de los cuatro días de abril de 2016 o en el ataque de septiembre de 2020.

Armenia y Artsaj (también conocida por su versión en inglés, Artsakh) buscan mantener el statu quo, mientras que Azerbaiyán intenta modificar la situación.

En 2020, hubo una escalada del conflicto en julio, cuando Azerbaiyán atacó la provincia de Tavush, en Armenia.

El ejército armenio repelió el ataque y tomó posiciones dentro de Azerbaiyán.

Luego de conocerse la noticia, en Azerbaiyán hubo una multitudinaria marcha con casi 10 mil personas para pedir al gobierno dictatorial del presidente Ilham Aliyev que declare de nuevo la guerra contra Armenia y Artsaj.

El 27 de septiembre, Azerbaiyán comenzó un ataque a gran escala contra Artsaj.

El gobierno de Artsaj denunció que hubo ataques militares contra civiles en la capital, Stepanakert, y que Turquía se involucró directamente en el conflicto.

Datos y posiciones

  • Habitantes: Armenia tiene 3.000.000; Nagorno Karabaj (Artsaj), 140.000; Azerbaiyán, 10.000.000.
  • Armenia defiende la autodeterminación de Artsaj.
  • Nagorno Karabaj (Artsaj) hace lo propio con la autodeterminación de su pueblo.
  • Azerbaiyán busca recuperar la integridad territorial de su Estado.
  • Turquía, nación que cometió entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX el genocidio armenio, por el cual mis abuelos paternos vinieron a la Argentina, y que no reconoce y aún sigue impune, apoya la integridad territorial de Azerbaiyán.
Junto a mi hija Agustina, en el puesto fronterizo de Artsaj.

Desinformación de Azerbaiyán

Desde hace varios años, el gobierno de Azerbaiyán mantiene una política de racismo contra las personas de origen armenio, a quienes se las considera enemigas.

La familia del dictador Aliyev gobernó el país por casi 40 años. “Nuestros principales enemigos son los armenios de todo el mundo”, dijo en 2012 Aliyev, quien en oportunidades reiteradas amenazó con reiniciar la guerra.

En julio de 2020, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán amenazó con atacar la central nuclear de Metsamor en Armenia, lo que podría causar una catástrofe regional contra todas las poblaciones de la zona.

El gobierno de Aliyev es denunciado en forma periódica por los organismos internacionales de derechos humanos.

Noticias falsas de Azerbaiyán

Dentro de ese marco, la diplomacia de Azerbaiyán se centra en generar noticias falsas y difundir la desinformación acerca del conflicto.

Una de las estrategias de Azerbaiyán es mentir sobre la resolución del conflicto.

Se citan resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) en 1993 que no tienen sustento legal para su aplicación.

Un organismo mediador del conflicto (aceptado por la propia Azerbaiyán) es el Grupo de Minsk de la OSCE, algo que señalan las mismas resoluciones que cita Azerbaiyán.

El intento de invisibilizar y criticar al Grupo de Minsk es una estrategia del gobierno de Azerbaiyán para buscar otra forma de resolución del conflicto.

La segunda estrategia, repetida en general en todos los conflictos, es la de acusar al ejército armenio de “atacar primero”.

Armenia como Artsaj no necesitan ganar posiciones ya que son la parte defensora: quien inició siempre los conflictos armados es el ejército azerbaiyano.

Dentro del ámbito de mediación, tanto Armenia como Estados Unidos, Rusia y Francia estuvieron a favor de generar un mecanismo para investigar las violaciones al cese del fuego en la línea de contacto.

El único que rechazó este mecanismo es Azerbaiyán, quien necesita un justificativo para las incursiones militares.

Mapa de Artsaj en el puesto fronterizo en la ruta de Goris a Stepanakert.

Una tercera estrategia es confundir los territorios adyacentes con el territorio de Karabaj.

Azerbaiyán se vio obligada a firmar el cese del fuego en 1994 luego de sucesivas derrotas militares, un acuerdo que establecía los límites de la zona de contacto.

Por esta razón es que la población de Artsaj no es una población separatista.

Declaró su independencia de la misma forma y bajo el mismo mecanismo que lo hicieron Azerbaiyán y Armenia de la Unión Soviética.

Azerbaiyán afirma que un 20% de su territorio está ocupado, una cifra que incluye al territorio de Artsaj que declaró su independencia el 2 de septiembre de 1991.

La población de Artsaj no es ocupante, ya que es población ancestralmente nativa de esas tierras.

Banderas de Artsaj, Armenia y Rusia en una base militar en Askeran, Artsaj.

Fuentes de información

El gobierno azerbaiyano es uno de los peores países en el ranking de libertad de expresión de Reporteros sin Fronteras (168 sobre 180 países) y prácticamente todos los medios de comunicación del país están controlados por el gobierno de Aliyev.

Armenia, cuyo gobierno fue criticado en forma interna en 2016 al ocultar la derrota militar de la guerra de 2016, realizó un buen trabajo de comunicación en los últimos años para presentar pruebas audiovisuales y fotográficas de todas sus manifestaciones.

Vehículos militares en la ruta de Askeran a Tigranakert, en Artsaj.
Vehículos militares en la ruta de Askeran a Tigranakert, en Artsaj.
Vehículos militares en la ruta de Askeran a Tigranakert, en Artsaj.

El Ministerio de Defensa de Armenia realiza un buen trabajo compilando las evidencias y documentos de lo que ocurra en el conflicto.

Tanque cerca de Askeran.

La oficina del Ombudsman de Artsaj está en el lugar del conflicto, y documenta con fotografías cada hecho que ocurra.

Entre las agencias de noticias recomendables y que cuentan con información verificada sobre el conflicto son la francesa Agence France-Presse (AFP) y la alemana Deutsche Welle (DW).

La agencia argentina Télam también cubre el conflicto, como también la rusa Sputnik.

En cambio, las agencias Reuters y EFE tienden a ser parciales en sus notas.

Hay medios recomendables de las comunidades armenias, como la agencia estatal Armenpress, que presenta las noticias de forma rigurosa, pero con la agenda del gobierno de Armenia, de igual forma que Artsakhpress.

Los diarios estadounidenses Asbarez, The Armenian Weekly y EVN Report producen periodismo de calidad enfocado en los temas armenios.

Casamatas en la ruta de Askeran a Tigranakert, cerca de la frontera de Artsaj y Azerbaiyán.
Casamatas en la ruta de Askeran a Tigranakert, cerca de la frontera de Artsaj y Azerbaiyán.

Una visión desde la Argentina es ofrecida por el Diario Armenia (fuente principal de esta nota que estás leyendo), la agencia de noticias Prensa Armenia, y el programa radial Audición Gomidás.

Puedes leer más sobre la guerra entre Armenia y Azerbaiyán aquí.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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