La administración Milei implementó restricciones inéditas a la cobertura periodística para la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, prevista para este 1 de marzo de 2025. Las medidas desataron un amplio rechazo de organizaciones de prensa y legisladores de oposición.
Por primera vez desde el retorno de la democracia en 1983, los periodistas acreditados no podrán acceder a sus ubicaciones habituales en el primer piso del recinto de Diputados durante la Asamblea Legislativa. Según resoluciones conjuntas de Victoria Villarruel, presidenta del Senado, y Martín Menem, titular de Diputados:
- A los reporteros gráficos se le prohibirá ingresar al nivel principal del hemiciclo.
- Los palcos del primer piso, usados históricamente por la prensa, serán ocupados por invitados del oficialismo.
- Los periodistas serán reubicados en galerías superiores con visibilidad reducida.
El Círculo de Periodistas Parlamentarios (CPP) destacó que estas restricciones carecen de antecedentes en más de un siglo de coberturas parlamentarias, calificándola como «un ataque a la libertad de prensa en eventos de relevancia nacional».
Fotografía publicada por la colega Déborah de Urieta en su perfil en la red social X. @ddeurieta
Argumentos oficiales para las restricciones a la prensa en el Congreso
Villarruel y Menem esgrimieron tres argumentos centrales para justificar las restricciones a la prensa, aunque organizaciones periodísticas y legisladores los consideran inconsistentes:
- Seguridad no especificada: La resolución conjunta menciona «razones de seguridad», aunque nunca detalló amenazas concretas ni explicó por qué los periodistas acreditados representarían un riesgo. Como contrapartida, asignaron los espacios tradicionales de prensa a cuerpos diplomáticos, alegando necesidades protocolarias de seguridad.
- Condiciones «iguales o mejores»: Voceros oficialistas aseguraron que las nuevas ubicaciones en el segundo piso ofrecerían comodidades equivalentes o superiores, argumento rechazado por el Círculo de Periodistas Parlamentarios: los palcos superiores tienen visibilidad reducida del hemiciclo; capacidad insuficiente para más de 30 acreditados; y sin acceso a tomas frontales del estrado presidencial.
- Priorización de invitados oficiales: las autoridades parlamentarias justificaron la reasignación de espacios señalando que «no habrá nada para ver» debido a ausencias opositoras, minimizando la relevancia del evento; y destinaron el primer piso a invitados del Poder Ejecutivo y funcionarios, incluyendo embajadores y secretarios de gobierno.
Estos fundamentos fueron calificados como «totalmente irracionales» por el CPP, que destacó la falta de incidentes previos en 40 años de coberturas similares.
Legisladores opositores como Esteban Paulón denunciaron que el verdadero objetivo es controlar las imágenes y narrativas del acto.
Reacciones institucionales
El Círculo de Periodistas Parlamentarios emitió un comunicado contundente: «Deploramos que el Congreso claudique ante órdenes del Ejecutivo», «es una discriminación irracional sin justificación práctica» y «no hubo incidentes previos que motiven estas restricciones».
Karina Milei, hermana del presidente Javier Milei y coordinadora de eventos protocolares desde su cargo de secretaria general de la Presidencia, habría impulsado la medida según denuncias del CPP.
Diputados de todo el arco opositor presentaron un proyecto de resolución para garantizar el acceso periodístico, que fue firmado por 11 bloques incluyendo UxP, PRO y UCR. El proyecto considera que las restricciones «vulneran la Constitución Nacional» y propone devolver a la prensa sus ubicaciones tradicionales.
Eduardo Valdés (UxP) lidera la iniciativa, respaldada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba. En el Senado, Alejandra Vigo (UCR) advirtió: «La libertad de prensa es pilar de la democracia».
Implicancias contra el sistema democrático
El conflicto por estas restricciones a la prensa revela tres dimensiones críticas:
- Concentración de poder: Legisladores denuncian que el Congreso «cede competencias al Ejecutivo» en la gestión de su propio recinto.
- Control informativo: La reasignación de espacios privilegia la presencia de invitados oficialistas sobre la prensa.
- Precedente peligroso: Organizaciones periodísticas alertan que podría extenderse a otras coberturas parlamentarias.
Paulón resumió la preocupación general por estas restricciones a la prensa: «La libertad no avanza cuando se expulsa a periodistas de su lugar de trabajo». El debate trasciende lo protocolario, instalándose como una pulseada por el derecho a informar en uno de los actos institucionales más importantes del año.
Este 1 de marzo no solo marcará el inicio del año legislativo, sino que podría convertirse en un punto de inflexión para el periodismo argentino. Expreso mi solidaridad a los colegas del CPP y rechazo estas medidas gubernamentales.
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