Las bahías se encuentran entre mis lugares predilectos. Conozco muchas, gracias a Dios, con costas planas, con acantilados, con playas, con bordes escarpados, grandes, pequeñas.
Bahía es sinónimo de entrada, de abrigo, de refugio, de lugar de llegada pero también de partidas. Desde el fondo de una bahía puedo ver entradas y salidas de barcos y otras embarcaciones. Es un lugar de intercambios, aunque cada una de ellas tiene su propia personalidad y perfil e identidad.
Por ejemplo, las fotos que, al momento de escribir esta nota, aparecen en la cabecera de este blog fueron tomadas por mí en Villa La Angostura, en la Patagonia argentina, en los años 2010 y 2011. Una de esas bahías se llama Brava, porque recibe en forma constante los vientos que provienen de la Cordillera de los Andes y que provocan olas en el lago Nahuel Huapi. A un centenar de metros de ese muelle hay otra bahía, llamada Mansa, de aguas tranquilas. Puedes comparar la Brava y la Mansa en estas fotos propias que publiqué en Flickr.
Este blog es mi bahía en Internet, el lugar donde comparto notas, propias o de terceros, muchas de ellas relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación, mi campo de especialización en mi oficio de periodista, y con otros temas, como periodismo, el cristianismo, los viajes, las comidas y las bebidas, la música. Un lugar especial tienen los amigos y las causas solidarias Este espacio es personal, no tiene relación con mis trabajos.
La idea es sencilla: iniciar viajes desde este muelle y al regresar, compartir el relato de las experiencias vividas y la información. Te invito a pasar al muelle y comenzar conmigo este viaje.
Hola, obvio que me subo a este viaje. Beso y a seguir Bahiando…
¡Muchas gracias, querida amiga!