«Les archives du coeur«, (en francés, «archivos del corazón») es un reservorio mundial de latidos de corazón de personas de diferentes latitudes, edades, condiciones sociales y culturales que se almacena en un archivo construido en esta isla del Japón, por iniciativa del artista francés contemporáneo Christian Boltanski.
Puedes conocer este archivo en la edición 2012 de la feria Tecnópolis. En el Parque del Bicentenario, en Villa Martelli, Buenos Aires, se encuentra el denominado «proyecto Boltanski,» del Museo de Arte de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref), dentro del cual se encuentra el espacio local de este reservorio.
Boltanski comenzó su labor a los 14 años. Hijo de madre cristiana y padre judío, la huella del holocausto forma parte de su memoria e integra parte de su obra centrada en temas ligados a la identidad, tanto a partir de lo autobiográfico como de la suma de pequeñas historias individuales.
Memoria y archivo son dos de las coordenadas que atraviesan su trabajo. Las huellas más efímeras de la vida, sus señales más triviales como la consignación de un dato dentro de un directorio telefónico, o las fotografías familiares que se replican por cientos en cada una de las historias anónimas que pueblan el mundo son algunos de los materiales de su trabajo en el que se presentan como testimonios de vida señalando a cada una con su singularidad y a la vez su proximidad con la de tantos otros.
Entre 1969 y 1971 comenzó a reconstruir su infancia a partir de fotografías. A comienzos de la década del ’80, Boltanski avanzó de lo autobiográfico a las historias colectivas y empezó a utilizar fotografías de personas anónimas.
Extensos repertorios de fotografías, montajes teatrales, y todo tipo de instalación que pueda llegar al público desde la exposición de la dimensión singular y anónima a la vez de la existencia humana han sido los soportes de su propuesta artística.
Boltanski sumó un proyecto destinado a crecer en forma permanente: «Les archives du coeur». En Japón agrega registros procedentes de la instalación en distintas exposiciones de su «studio d’enregistrement». Hasta ahora, Francia y Japón fueron los sitios donde registró los latidos. Buenos Aires es la nueva sede de esta acción.
Dada la gran afluencia de público de Tecnópolis, el artista planeó para este espacio un estudio que incluye una sala de espera y dos boxes con dos máquinas destinadas a grabar los latidos que voluntariamente los donantes quieran ceder para integrarlos luego a los archivos reunidos en Japón.
Para Buenos Aires, Boltanski estableció que a cambio de la donación de sus latidos, cada donante recibirá un CD con la imagen de identidad de obra y sus latidos allí grabados.
«El concepto que reside en este proyecto de Boltanski es el de almacenar los latidos como huella primera, indiciaria y final de la existencia de cada individuo señalando en la suma, tanto la singularidad de lo humano como su semejanza, destacando con esto la condición humana en su sentido vital básico, más allá de las distancias culturales o sociales. Nuevamente, el binomio memoria-archivo se ponen en juego asumiendo Boltanski el desafío de construir una memoria de la humanidad a través de la suma de los latidos de cada uno de los seres que la constituyen», explicó Diana Wechsler, curadora de la muestra y directora de la Maestría en Curaduría y en Artes Visuales de la Untref.
muy bueno.. yo me ise hoy ajaj.. pero no ce escucha nada. se escucha todo chiyidos no mas ajjaja