Las ansiosas vísperas de un viaje extenso en ómnibus sin la posibilidad de fumar están reflejadas en la siguiente fotografía que tomé el 10 de enero en la estación terminal de micros de Retiro, Buenos Aires.
Pese a los carteles que recuerdan la prohibición de fumar en todos los ambientes de la terminal (una de las más feas y desagradables que conozco), los pasajeros fumadores sacian el vicio y largan el «pucho» en los instantes previos a subir al micro.
Las colillas están en las rejillas superiores del abandonado sector de despacho de equipajes, destinado actualmente a encomiendas.
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