La entrega de los premios Sadosky, los máximos galardones de la actividad informática argentina, es un espacio en el cual desde hace
11 años me encuentro con amigos y conocidos.
Así fue el 26 de noviembre en el Auditorio Buenos Aires, donde se realizó la entrega de la edición 2015 de estos galardones.
Celebré a mi colega Debora Slotnisky (en la foto inferior), quien recibió una mención por su muy buen informe sobre la carencia de trabajadores y profesionales en el sector informático argentino.
No me privé del orgullo de compartir una fotografía (la que aparece al inicio de esta nota) con mi hija y colega Agustina y con mi amigo y colega Epifanio Blanco, director de Portinos, el medio donde ella trabaja
Me reencontré con mis apreciados colegas Bruno Massare y Mariana Pernas, excelentes profesionales y ganadores, como yo, de los premios Sadosky en anteriores ediciones por sus investigaciones periodísticas.
También fue una noche agradable porque estuvieron mis amigos Fernando Juliá y Ricardo Goldberger, quienes integran el grupo de los 50 amigos que elegí para celebrar mis 50 años, al igual que Epifanio.
Estuvo además Walter Barnes, uno de los mejores relacionistas públicos del país (más sobre él en esta nota).
Con todos los nombrados, una ceremonia muy extensa y cargada, y un demorado y escaso servicio gastronómico se hicieron mucho
más llevaderos.