Las organizaciones comienzan a darle prioridad a la experiencia del usuario, y conceptos como el diseño y la simplicidad crean una nueva relación con las tecnologías de la información y la comunicación.
Por ejemplo, hay empresas como Uber y Spotify, cuyo principal objetivo es darles a las personas formas más simples y cómodas de hacer las cosas, mientras que Apple reconoce entre los pilares de su éxito la sencillez de sus productos y servicios para interactuar con los usuarios.
Esta “consumerización” afecta a las organizaciones, porque la expectativa de los usuarios es tener esa misma experiencia, y quieren trabajar mejor, dedicándole más tiempo a agregarle valor al negocio que a navegar en procesos tecnológicos obsoletos, aplicaciones o luchando con otras barreras técnicas.
Pero reconocer la importancia de esa experiencia del usuario no es sinónimo de entregarla. Tiene que ser pensada de manera integral, como un principio rector para el departamento de tecnología y debe estar apoyado por una estrategia también integral.
Entrevisté sobre estos procesos a Gustavo Domínguez, ingeniero de ventas para la región sur de América latina en Citrix, una empresa de software con ingresos anuales de 3.140 millones de dólares en 2014, más de 400 mil organizaciones clientes y más de 100 millones de usuarios de todo el mundo.
«Si la experiencia de usuario es pobre, la eficiencia y la productividad se verán reducidas, las quejas de los empleados se multiplicarán, y el equipo de TI se verá obligado a resolver un número elevado de problemas e inconvenientes, lo que sin dudas también impactará en la performance y los resultados de la organización, complejizando los procesos», me explicó Domínguez, en la entrevista que puedes leer completa en iProfesional aquí.