Uno de mis lugares preferidos para tomar un desayuno o una merienda y reunirme con amigos o conocidos es un jardín al fondo de una mansión vieja reciclada como una casa de té en el barrio de La Lucila, en el norte del Gran Buenos Aires.
El lugar se llama Victoria’s House y se encuentra en Rioja 3053 (así, sin el artículo «La»), por donde pasa el ramal «La Lucila» de la línea 59 de colectivos. Está abierto de lunes a sábado de 9.00 a 20.00.
El barrio es muy arbolado, de casas bajas y muy tranquilo y la confitería no desentona con ese contexto.
La decoración es singular, producto del reciclado de lo que había en la casa, construida en la década del ’20.
La vajilla antigua es el marco para comidas dulces y saladas, varias de ellas caseras.
El jardín del fondo es muy tranquilo a la mañana, ideal para disfrutar en los días cálidos y soleados del verano o tardes frescas de otoño y primavera.
En algunas fotos en esta nota aparece con el césped muy ralo y escaso, pero en otoño y primavera recupera su verdor.
Varios amigos y conocidos a quienes invité a reunirnos allí pueden dar fe de que quedaron encantados con el lugar.
Victoria Lucchesi es la dueña de esta casa. Preservó la arquitectura original, con sus aberturas, pisos de pinotea y techos con bovedilla, al igual que los muebles restaurados y objetos antiguos.
Hay un salón principal en lo que era una galería, que da a varios livings, donde se puede estar en un lugar reservado y tranquilo.
También un almacén de regalos, donde distintos artesanos exponen y venden sus productos, incluyendo vitrofusión, tejidos y trabajos en cuero.
Al lado del jardín hay unas habitaciones donde se dictan talleres de arte, fotografía y música, para adultos y niños.
En época escolar es la sede de clases particulares de docentes con alumnos de los varios colegios que hay en la zona, y reuniones informales de profesores.
El ambiente luce amistoso y cordial, bien de barrio, aunque la atención, ay, es su punto flojo, algo lenta y descuidada.
Yo resuelvo esto de manera simple: me acerco a la caja y ahí mismo hago el pedido, y luego pago en el mismo lugar cuando me retiro, dejando la propina en la mesa en el jardín.
Te lo recomiendo en especial si estás de paseo por la costa rioplatense en las ciudades de Vicente López, Olivos, La Lucila o Martínez y deseas o necesitas hacer una parada gastronómica, o para una charla o salida distendida con la familia o amigos.