Mientras la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y el Gobierno nacional están envueltos por un escándalo político y legal por la difusión de datos del blanqueo, en los ambientes informáticos se especula sobre las posibles vías por donde se filtraron los registros sensibles, que en este caso afectaron a parientes directos del presidente Mauricio Macri y de otros altos funcionarios del Poder Ejecutivo.
Las fuentes que consulté para esta nota publicada en iProfesional coincidieron en destacar dos aspectos en torno a este caso:
Por un lado, el ente recaudador dispone del mayor nivel y calidad de inversión en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) dentro del Estado, gracias a políticas de gestión iniciadas durante el gobierno interino de Eduardo Duhalde y que continuaron los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
Por el otro lado, todos los voceros resaltaron la idoneidad y calidad profesional de Jorge Linskens, el subdirector general de sistemas y telecomunicaciones de la AFIP, quien debió presentar su renuncia al difundirse las filtraciones.
El juez federal Rodolfo Canicoba Corral investiga ocho funcionarios de la AFIP, mientras que el organismo conducido por Alberto Abad comenzó una serie de movimientos tendientes a descubrir cómo se hizo pública la información sobre algunos de los grandes contribuyentes que ingresaron al sinceramiento fiscal.
La demanda que presentó el ente recaudador ante el magistrado se basa en el delito de violación de secreto fiscal y defraudación, por lo cual, los responsables podrían sufrir penas de dos años de prisión y cuatro de inhabilitación por violación referida al blanqueo que terminó a fines de marzo último.
En el campo interno, Abad aceptó la renuncia de Linskens y designó en su lugar al subdirector de auditoría interna, Néstor Sosa.
Según informó el diario Página/12 el 3 de septiembre, la seguridad de la AFIP está en manos de la consultora Deloitte, que se encargará de la revisión de los sistemas que resguarda los datos sensibles del blanqueo.
Al cierre de esta nota, desde Deloitte no habían respondido mis consultas sobre esta versión y la tarea que realiza.
El objetivo de las pesquisas son los empleados jerárquicos de la AFIP, sobre quienes pesan las sospechas para determinar el origen de la filtración por métodos informáticos.
Puedes leer más sobre este tema en esta nota propia en iProfesional.