Las motocicletas forman parte del día de miles de argentinos. Algunos la utilizan sólo como un medio de transporte pero la mayoría la consideran una extensión de su cuerpo y la tratan como a una integrante más de su familia.
Otros decidieron conocer el mundo de las dos ruedas porque estaban agotados de las incontables horas perdidas de sus vidas por estar atorados en una avenida o esperando un colectivo que nunca llegaría por una protesta sindical inesperada.
Algunos las eligieron porque les resultaba más económico que mantener un automóvil, y otros porque algún amigo se las prestó y quisieron probar.
Sea cual sea el motivo aquellas personas que se animaron a subirse por primera vez repiten la misma frase: “Es un viaje de ida” o «na vez que te subís a una moto no te bajas nunca más”.
En 2016, luego de que el Ministerio de Economía decidiera no renovar la aplicación del impuesto a los bienes de lujo sobre motos de gama media, la industria comenzó a repuntar los números hasta los del año 2013, luego de dos años consecutivos de record de ventas.
Según el informe mensual entregado por la división Motovehículos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) en noviembre se patentaron 65.731 ?unidades, lo que significa un incremento del 40,1 por ciento en la comparación interanual.
El presidente de la División Motovehículos de ACARA, Gustavo Bassi, remarcó: “El crecimiento ininterrumpido ratifica que es un buen momento para el sector. Creemos que este ritmo se va a mantener en el 2018”.
En este contexto de crecimiento, la marca de lubricantes británica Silkolene convocó en 2017 a la consultora Trendsity para llevar a cabo un estudio cualitativo con el objetivo de conocer el perfil de los amantes de las motos y el universo de experiencias y significados en torno a ellas y su cuidado.
La directora de la consultora, Mariela Mociulsky, remarcó:
“Lo que se impone como propio y particular de la moto es la experiencia en sí misma, donde está presente siempre el disfrute y la desconexión. La moto ocupa un lugar destacado en sus vidas y sus familias, se convierte en una forma de vida”.
Al igual que ocurre con los autos, los amantes de las motocicletas suelen reunirse en grupos que comparten su misma pasión ya sea para realizar un viaje, un servicio mecánico o tomar mates.
Los usuarios crean un vínculo con su vehículo y lo cuidan como a un hijo.
Con 108 años de experiencia en el negocio de los lubricantes, Sikolene ofrece productos que van desde la línea “Ride”, pensada para aquellos que utilizan su moto para trabajar o viajar; “Scoot” para los usuarios de «scooter» o ciclomotores; pasando por la opción “Off-Road” para motores de 2 y 4 tiempos que deben ser protegidos en terrenos más agresivos hasta la opción “Race” creada para aquellos que exprimen al máximo su moto de alta gama en los circuitos.
Silkolene, una empresa de origen inglés, proporciona productos para cuidar el interior de los motores y también su exterior.
Una de las estrellas de la marca es el limpiador Pro Wash, un aerosol biodegradable.
Según me informaron desde la empresa, sólo hay que pulverizar toda la moto y luego enjuagar sin la necesidad de frotar las superficies engrasadas.
Ya sea usada en la ciudad para ir a la facultad, hacer viajes con amigos o simplemente evitar una congestión de tránsito los motociclistas siempre describen una sensación que sólo pueden alcanzar en sus motos: “libertad”.