El viaje que realizo por Armenia y Rusia desde el 29 de septiembre me permitió cumplir este 10 de octubre otro anhelo personal: tomar contacto cara a cara por primera vez con la obra de Andréi Rubliov, un religioso y pintor ruso medieval considerado como el más grande iconógrafo de Rusia.
El contacto fue en el monasterio de Andronikov, donde se encuentran algunos de los íconos más famosos de Rubliov.
Conocí a Rubliov a través del cineasta ruso Andréi Tarkovski, quien filmó una película sobre este artista.
Luego de la visita, mi hija Agustina me tomó esta foto con una réplica de su ícono más famoso, La Trinidad, que llevaré a Buenos Aires.
Con Agustina recorrimos partes de Moscú que contaré en otras notas en este blog.
Una de ellas fue la siniestra sede de la Cancillería rusa, en uno de los edificios art decó construidos por Stalin.