Una epifanía es una manifestación, una aparición que habitualmente tiene una referencia religiosa o mística. También es una situación aparentemente cotidiana y rutinaria en la vida de una persona, pero que al mismo tiempo es capaz, de repente, de tomar un sentido tal que nos hace comprender la esencia de ese individuo.
Por ejemplo, en mi caso un momento epifánico suelen ser el atardecer o el amanecer, en especial cuando el sol y las nubes y el entorno donde me encuentro generan un cuadro que me liga con lo divino y lo trascendental.
Uno de esos momentos que pude vivir y captar con una cámara fue el atardecer del 6 de diciembre de 2017 en la playa de Wailea, en la isla de Maui, en el archipíelago de Hawái (uso la forma castellana de Hawaii).
[googlemaps https://www.google.com/maps/embed?pb=!1m18!1m12!1m3!1d14930.784376696896!2d-156.44034040739808!3d20.681939515041385!2m3!1f0!2f0!3f0!3m2!1i1024!2i768!4f13.1!3m3!1m2!1s0x7954dad8e3a90459%3A0xa84090593ab21065!2sWailea+Beach!5e0!3m2!1ses-419!2sar!4v1556415189160!5m2!1ses-419!2sar&w=600&h=450]La temperatura cálida pero no abrasadora, las olas calmas del océano Pacífico y sus aguas cristalinas, la fina arena de la playa, el horizonte con nubes de diferentes firmas y a distintas alturas, quebrado por la isla Kaho’olawe, fueron los componentes de ese tiempo inolvidable que embargó de gozo a mi espíritu.
A continuación, una galería de fotos, ordenada en forma cronológica, de ese momento que tomé con una cámara Canon EOS 1300D.