Puerto Madryn es una de las pocas ciudades argentinas que no le da la espalda a su costa, ya sea fluvial o, como en el caso de esta ciudad chubutense, marítima.
Una de las pruebas de esa integración es el muelle Luis Piedrabuena, que está situado al fondo del Golfo Nuevo, y al cual se puede acceder con sencilla facilidad a pie desde el paseo costanero de Madryn.
El muelle se construyó en 1909, y se habilitó al servicio público en 1910.
En 1975 se habilitó el muelle Almirante Storni y el Piedrabuena quedó reservado como espacio público de recreación y esparcimiento.
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Así se ve el Piedrabuena desde la costanera, con la marea baja.
Para un porteño que, pese a ese gentilicio, los barcos son algo lejano, es lógico que llamen la atención las embarcaciones y las cuerdas de amarre y otras escenas coin elementos náuticos.
En el muelle, donde se siente fuerte el viento patagónico, había una embarcación de la Prefectura Naval Argentina (PNA).
También se puede obnservar desde este lugar parte de la fauna del golfo, incluso ballenas (en las siguientes fiotos hay una que asoma a la superficie del mar con su lomo negro), en un entorno cuyo horizonte está contorneado por las costas áridas adonde desciende la meseta patagónica.
En el muelle hay carteles que explican las características de la rica variedad de fauna del golfo.
Y también, banderas de los países de las embarcaciones que amarran en forma habitual en este muelle.
Un paseo recomendable si estás en Puerto Madryn, porque ofrece un muy buen punto de vista de la ciudad y de sus actividades marítimas.
