Los gigantes tecnológicos globales tienen sus sedes en la costa oeste de los Estados Unidos, en especial en el Silicon Valley californiano, donde desarrollan sus negocios de cifras multimillonarias, tanto de facturación como de clientes y usuarios.
El poder inmenso de estas empresas plantea un desafío para las naciones que tratan con ellas, y da lugar a planteos innovadores, como el de Dinamarca.
El país escandinavo designó en 2017 a Casper Klynge, un diplomático de 46 años y de carrera, que pasó 18 meses en Afganistán y dos años en Kosovo, como el primer embajador extranjero del mundo para la industria de las tecnologías de la información y la comunicación.
La justificación para crear este nuevo cargo es concreta: estas empresas pasaron de ser compañías con intereses comerciales a convertirse en actores de hecho en la política exterior, como lo demuestran la difusión en redes sociales de contenido controversial en términos políticos (el escándalo de Facebook y la consultora británica Cambridge Analytica), cuestiones sobre la privacidad y los servicios que almacenan gran cantidad de datos, la seguridad cibernética y los bajos impuestos que pagan las empresas fuera de Estados Unidos.
Dinamarca no está sola en esta iniciativa, aunque por ahora es el único país que tiene un embajador en el Silicon Valley.
Por ejemplo, Francia creó un puesto de embajador para asuntos digitales, y Australia, el Reino Unido y Alemania, entre otros, añadieron publicaciones centradas en la tecnología, con frecuencia como una ayuda para facilitar el comercio y las inversiones.
Klynge tiene un equipo de once personas, siete en California, tres en Dinamarca y una en China.
Su oficina está en Palo Alto, California, cerca de las oficinas centrales de muchas empresas de tecnología.
Este grupo de trabajo envía mensajes de inteligencia a los funcionarios en Copenhague sobre lo que sucede dentro de las empresas, e informes sobre temas que incluyen la seguridad cibernética, el uso cada vez mayor de datos relacionados con la salud y los referentes a vehículos autónomos.
¿La Argentina debería tener un embajador para relacionarse con los gigantes de la industria tecnológica?
Para responder esta pregunta consulté a Andrés Vior, gerente nacional de Intive Argentina; Sergio Candelo, director de operaciones de Snoop Consulting; y Adrián Anacleto, director general ejecutivo de Epidata.
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