En medio de una recesión de la economía en general que los afecta con dureza, los parques de diversiones argentinos buscan renovar su oferta con la inclusión de equipos tecnológicos y electrónicos, pero sin dejar que ocupen el lugar central de la experiencia lúdica física de niños y adultos.
Daniel Catzman, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Parques y Atracciones (AAPA), me explicó que tecnologías como la realidad virtual «vinieron para quedarse» en la oferta de estos centros de entretenimiento, aunque se trate de equipos muy caros.
«Los niños piden cosas nuevas, que ya hacen en sus casas», reconoció el vocero, quien advirtió sin embargo que «los parques de Disney están en su mejor momento. La tecnología que se consume en los hogares como entretenimiento no ha podido reemplazar el contacto humano», concluyó.
Al respecto, indicó que «hay una onda mundial» con diversiones que pongan en juego el físico del jugador, como sucede con los parques de «jumping» o aéreos, con recorridos en altura; y experiencias vivenciales, que permiten el contacto con animales, como los oceanarios o parques al estilo de Temaiken.
Aunque los niños acceden en sus hogares a entretenimientos desde teléfonos móviles, tabletas y televisores inteligentes, sus familias «siguen yendo a los parques». «Hay muchas parques que están en su mejor momento porque nadie puede reemplazar al contacto humano», dijo Catzman, quien resaltó que pese a la recesión, en la asociación son «optimistas por naturaleza».
Sin embargo, reconoció: «No somos una isla, (la crisis) nos ha pegado como a toda la economía». Además, la inflación y la devaluación incrementaron los costos laborales y operativos, como la energía eléctrica, aunque desde los parques no pudieron aumentar sus ingresos al mismo ritmo que el costo de vida.
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