Almagro es el barrio porteño donde, salvo el primer año de vida, transcurrió toda mi infancia y adolescencia y parte de mi juventud.
Esta zona de Buenos Aires, inmortalizada por Carlos Gardel en un famoso tango, tiene una alta densidad de población por kilómetro cuadrado.
Uno de los ejes comerciales de Almagro es la avenida Corrientes. Recorrí algunas cuadras de esta avenida, entre las calles Yatay y Medrano, en la mañana neblinosa del 18 de julio de 2020.
Fotografié algunos carteles de las decenas de comercios de esas cuadras que estaban cerrados o con aperturas condicionadas por el aislamiento social preventivo obligatorio (ASPO) por la pandemia del coronavirus.
En la mayoría de esos carteles los comerciantes ofrecían (o mejor dicho, imploran) a los clientes comunicarse por WhatsApp para realizar alguna compra.
Bancos y concesionarios de autos lucían carteles de advertencia sobre las normas de ingreso.
En cambio, el enorme templo de la Iglesia Universal del Reino Dios y el Santuario Jesús Sacramentado estaban cerrados.
Cerca de ese templo católico romano, una persona en situación de calle dormía cerca de un cartel gubernamental que instaba a cuidarse.
También me enfoqué en cartelería pública y gastronómica.
El paseo finalizó en la esquina del restaurante El Residente y su oferta gastronómica especial por el ASPO.
En la caminata por esta zona de Almagro no encontré locales de comercios en venta o en alquiler como sí los hay en muchas otras avenidas de Buenos Aires, debido a la depresión económica por la pandemia y las medidas de confinamiento social.
Imágenes de un paisaje urbano inédito y doloroso por las historias de pérdidas que están detrás de ellas en el barrio donde me crié.
A continuación, una galería de 20 fotografías que seleccioné entre las que tomé con un teléfono móvil Samsung Galaxy S20 Plus.