No te equivoques,
porque tal vez no sea como lo imaginas,
porque seguro no es el sitio de la gente pacata,
tampoco el lugar de quienes no arriesgan,
de quienes jamás se equivocan,
de quienes no asumen sus contradicciones,
de quienes creen que su moral de 10 mandamientos
nunca se ha contaminado
en la apasionada aventura del vivir.
No, no te equivoques, porque el paraíso
es el lugar de las personas que han sido crucificados
por no ajustarse a los moldes establecidos,
por el pecado de ser quienes fueron;
es el lugar de quienes cargaron coronas
cuyas espinas dejaron huellas profundas
de dolores que laceraban más profundo que la piel;
es el lugar de quienes fueron traicionados
por sus más cercanos, por sus más queridos
por 30 monedas o por 30 minutos de fama.
No nos equivoquemos,
que al paraíso no se llega por el mérito
de una perfección de catecismo
sino por saber gambetearle a la cobardía,
por hacerle un caño a las hipocresías,
por golear el arco de los pusilánimes,
por sentarse en las mesas non-sanctas
donde se comparten las desdichas y los sueños
y se multiplican los vinos,
tal vez con algunas vasijas de más.
No nos equivoquemos,
que en el paraíso hacen fiesta los ladrones perdonados
y los jesuses resucitados
y las magdalenas que no callaron
y los ches que abrazaron las justas causas
y tanta vida desaparecida
y las locas de la plaza
y los diegos del pueblo.
Y sí, también quienes aprendemos,
a fuerza de equivocarnos en este transitar del vivir,
a soltar las piedras de nuestros juicios y prejuicios.
¡No nos equivoquemos!
Gerardo Carlos C. Oberman
Buenos Aires, 26-11-2020
El título corresponde a una frase de Charly García en su carta de despedida a Diego Armando Maradona. La fotografía inicial fue publicada en el perfil de Charly en Instagram.