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«El cielo canta alegría» es quizás el canto más famoso del pastor metodista argentino Pablo Sosa, uno de los más prolíficos compositores, músicos y arreglistas protestantes de habla hispana.

Sosa, quien falleció el 11 de enero de 2020 a los 85 años, fue pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA) y un músico reconocido en el mundo por su labor ministerial en la composición musical, docencia, dirección coral, liturgia y promoción de la integración de los valores musicales y culturales, de las diferentes regiones del mundo en la experiencia del culto de adoración.

La referencia al alcance global de la obra de Sosa no es una exageración. Por ejemplo, una de sus composiciones fue cantada en la misa en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción y la Universidad Católica, presidida por el papa Francisco, cuando Jorge Bergoglio visitó la ciudad estadounidense de Washington el 23 de septiembre de 2015. Bergoglio conocía a Sosa, quien vivía a dos cuadras de su casa natal.

«Este momento en punto», fue la pieza escogida para esa ocasión de acuerdo con los encargados de preparar la liturgia. Su música es cautivadora y contagiosa por la combinación del candombe y la milonga, ritmos precursores del tango desarrollados en el siglo XVIII y que utilizan fórmulas rítmicas de origen africano.

«Tengo que decirles unas palabras acerca de Francisco. Nació y se crió en el barrio de Flores de nuestra ciudad y la iglesia de San José de Flores, donde decidió su vocación pastoral, está al otro lado de la plaza de nuestra propia iglesia metodista».
Pablo Sosa, The Washington Post, 2015.

Sosa se formó en el Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos (Isedet). En este seminario se graduó de bachiller en teología y fue profesor emérito en las cátedras de liturgia e himnología.

En 1962 fundó la Escuela de Música del Isedet. En 1972 organizó el grupo coral “Música para todos”, que dirigió hasta 2003.

Pablo Sosa.

Sosa fue profesor de dirección coral en el Conservatorio Nacional de Música “Carlos López Buchardo” de Buenos Aires durante tres décadas. Procuró en su vida romper algunos de los esquemas y barreras entre lo clásico y lo popular.

Fue compositor de famosos cantos de la liturgia y la himnología protestante de América latina, que fueron traducidos al inglés, alemán, portugués, sueco, finlandés, chino y japonés.

Entre las piezas musicales más conocidas se encuentran, además de “El cielo canta alegría” (1958), “Cristo vive” (1960), “Si fui motivo de dolor” (1960), “Miren qué bueno” (1970), “Gloria” (1978), “La bendición del Dios de Sara” (1988), la citada “Este momento en punto” (1990) y, más recientemente, “Que esta iglesia sea un árbol”, dada a conocer en la asamblea general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en la ciudad surcoreana de Busan, en 2013. También escribió «El látigo«.

Una nota personal: algunos de los mejores servicios de alabanza y adoración que gocé en mi vida fueron los recitales navideños comunitarios dirigidos por Sosa en el templo de la IEMA en el Centro porteño, sobre la avenida Corrientes.

De «El cielo canta alegría» hay muchas versiones disponibles en YouTube. Elegí para compartirte la siguiente, con arreglo de Roger Bergs, interpretada por el coro del Seminario Internacional Teológico Bautista (SITB) de Buenos Aires, dirigido por Constanza Bongarrá, quien fue alumna mía en 1996 en mi única experiencia formal como docente en periodismo, en la Escuela Cristiana Evangélica Argentina (ECEA) en Buenos Aires.

La fotografía inicial es propia, fue tomada en la ciudad chubutense de Puerto Madryn.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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