Con una inversión inicial cercana a 1,2 millones de dólares, se lanzó Enigma.art, una plataforma de activos digitales y experiencias de criptoarte enfocada en Iberoamérica.
Según me informó esta empresa en un comunicado, en su primera etapa, estará disponible una selección curada de tokens no fungibles (NFT, sigla en inglés) de una comunidad de artistas musicales que totaliza casi 100 millones de oyentes digitales mensuales, así como también nuevas obras de artistas plásticos latinoamericanos.
A través de cartas coleccionables originales y canciones en versión inédita de serie limitada, Babasónicos y Bizarrap son los primeros artistas en presentar en Enigma.art una selección curada de piezas originales en el ecosistema cripto y en la economía real.
Próximamente, estarán disponibles canciones inéditas, objetos personales, fotos, diseños y arte digital de artistas como la banda tributo Soda Stereo – Gracias Totales, Nicki Nicole, Lali, Camilo, Los Fabulosos Cadillacs y Conociendo Rusia, y la artista plástica Marta Minujín, el fotógrafo Marcos López y el diseñador gráfico Alejandro Ros.
En Enigma.art, los NFT son además la puerta de acceso a una comunidad creativa: para los compradores, habrá experiencias presenciales exclusivas y encuentros sorpresa con los artistas.
Los socios fundadores de Enigma.art son Facundo y Manuel Migoya, que propusieron la idea a su padre Martín Migoya, uno de los cofundadores y director general ejecutivo de la multinacional informática argentina Globant, e involucraron a las productoras Popart Music, Dale Play Entertainment y a Pepo Ferradas. La plataforma tiene una alianza estratégica y de inversión con la empresa de criptomonedas Ripio.
La compañía recibió fondos en etapa de capital semilla Newtopia VC, Martín Migoya, Ripio, Alchemy y Riverwood Capital, entre otros inversores a título individual. En breve comenzará la ronda de inversiones en fondos serie A.
Las próximas etapas contemplan la introducción de un reproductor digital propio y la venta de música como multipistas. De ese modo, los creadores y productores pueden monetizar su catálogo antiguo y la música nueva.