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El proceso de adaptación, apuntarlos o no a las extraescolares, firmar los derechos de imagen o sumarse a los grupos de WhatsApp de la escuela son algunos temas importantes del inicio de clases.

Durante los próximos días, la mayoría de los centros educativos de América latina abrirán sus puertas al nuevo año escolar por el inicio de clases.

Para los padres, el inicio de clases es el momento de tomar algunas decisiones, además de ayudar a los niños a recuperar ciertos hábitos e incluso afrontar con ellos posibles miedos.

Según expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), estos son los nueve puntos que todos los progenitores deberían plantearse en el inicio de clases para que los siguientes meses marchen sobre ruedas.

Inicio de clases: el proceso de adaptación

Tras las vacaciones, regresar al día a día, incluyendo los estrictos horarios del colegio o el instituto, puede dificultarse. Pero los expertos recuerdan que lo extraordinario son las vacaciones.

«Volver a la rutina tiene que ser un proceso natural que podemos anticipar algunos días recuperando ya horarios semejantes, aunque no sean iguales, a los de la escuela», aconsejó Jordi Perales, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación y tutor del máster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC, en un boletín que me envió esta casa de altos estudios.

Sylvie Pérez, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, advirtió que lo importante de las vacaciones es que hayan sido un tiempo de ruptura de las rutinas habituales del día a día relacionado con los horarios escolares.

También aconsejó «ser conscientes de que esto, que es positivo para todos, es lo que a la vez debe ayudar a afrontar la vuelta al cole asumiendo de alguna forma que los primeros días serán difíciles para todos».

Según la profesora de la UOC, esa es una buena manera de prepararse para el inicio de clases, siempre que no se viva desde la angustia o la nostalgia por lo que dejamos, sino afrontándolo como «lo necesario que deviene la vuelta a la tranquilidad o la vorágine de las rutinas diarias».

Inicio de clases: los grupos de WhatsApp del colegio

Resulta casi inevitable: por más que seamos algo reticentes, suele acabar imponiéndose la necesidad de crear vínculos con los padres de los compañeros de los niños formando parte de su grupo de WhatsApp. Pero corre por cuenta de cada uno cómo intervenir en ellos.

Los expertos coincidieron en señalar que el problema no es el instrumento, sino el uso que de él se hace. Nati Cabrera, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, señaló aquí que una cosa es mantener buenas relaciones con la comunidad de padres y otra convertir la relación entre padres en una agenda paralela que evite que los niños hagan el esfuerzo que deben realizar para asumir sus responsabilidades.

Pérez recordó que esos grupos no deben usarse nunca «para encontrar ropa perdida, para preguntar de qué página de qué libro hay que hacer los deberes, para hacer comentarios que puedan ser poco correctos o educados, y en ningún caso tampoco para criticar lo que han hecho los hijos de los otros padres en clase, ya que esto debería resolverse en el colegio».

fotos y videos que desaparecen en WhatsAppInicio de clases: extraescolares, ¿sí o no?

Los expertos afirmaron que resulta positivo dejar que los niños desarrollen sus intereses en lo que quieran, y, si les gusta la música o el deporte, apuntarlos a clases extraescolares en esas u otras disciplinas en las que tengan interés es buena idea.

Pero esto es así siempre que tengamos presente que estas actividades extraescolares no tendrían que ser «repasos» para que puedan sacar mejores notas, señaló el tutor del máster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC.

«La adquisición de las competencias en primaria y secundaria corresponde garantizarla a los centros educativos. No hacemos ningún favor al alumno obligándole a repetir una cosa por la tarde cuando la misma cosa la ha hecho por la mañana», dijo, al recordar que una cosa es un pequeño refuerzo temporal, y otra muy diferente, institucionalizar las clases de repaso.

Los expertos recomendaron que, en caso de que se apunten a extraescolares, estas clases no ocupen todas las tardes de la semana laboral, sean siempre actividades consensuadas con los niños y no impuestas y, en lo posible, se mantengan un par de trimestres.

«Si nos parece que nos hemos equivocado o se lo parece al niño, hay que darse tiempo y también enseñar que se deben mantener las decisiones acordadas», señaló Pérez.

Inicio de clases: ¿qué supone ceder imágenes de los niños en el cole?

En algunos centros educativos, se suele pedir en el inicio de clases el consentimiento de los padres para hacer fotos a los niños e informar a los representantes legales de las actividades realizadas o bien usarlas para hacer publicidad del centro a través de redes sociales o medios de comunicación.

Obviamente, cada progenitor decide qué hacer. En cualquier caso el uso de la imagen de un menor debe de estar delimitado por la legislación vigente. En el caso de la Argentina, la ley de protección de datos personales exige el consentimiento de ambos progenitores y requiere al colegio la inscripción de la base de datos establecida por esa norma.

Mònica Vilasau Solana, profesora de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC y directora del posgrado de Protección de Datos de la UOC, explicó que aunque se tenga el consentimiento, el centro educativo no puede hacer uso de las imágenes del niño como quiera.

La ley dice que la difusión de información o la utilización de imágenes o nombre de los menores en los medios de comunicación que puedan implicar una intromisión ilegítima en su intimidad, honra o reputación, o que sean contrarias a sus intereses, determinarán la intervención de las autoridades, quienes instarán de inmediato a las medidas cautelares y de protección previstas y solicitará las indemnizaciones que correspondan por los perjuicios causados.

Inicio de clases: ¿qué hacer si hay cambio de compañeros?

¿Qué podemos hacer si en este nuevo curso el hijo no encontrará a sus compañeros de siempre, bien porque el propio centro ha decidido reagrupar a los alumnos, bien porque se estrena en un nuevo colegio?

La recomendación de los expertos es confiar en la capacidad de sociabilización del niño, aunque puede tener alguna ayuda. «Lo principal es no contribuir al «drama» que para ellos puede suponer en un inicio la situación», señaló la profesora de la UOC.

Añadió que también es buena idea ayudarles a generar un correcto autoconcepto de sí mismos, haciéndoles saber en qué tienen potencialidades y en qué deben o pueden mejorar.

Otro consejo de Perales es explicarles que en la vida van a tener que estar con compañeros que no serán siempre de su agrado, y que eso, aunque al principio no les guste, «puede suponer una oportunidad de conocer nuevas personas que quizás les puedan aportar mucho más de lo que piensan a priori».

Inicio de clases: echar una mano con los deberes o dejar que los hagan ellos solos

Es otra de las dudas frecuentes entre padres y madres: ¿es mejor ayudarle a hacer las tareas o dejar que intente hacerlas por su cuenta? La respuesta es que la ayuda, si se precisa, siempre es positiva.

Pero no son los padres quienes deben hacer los deberes. Como explicó Perales, las tareas son una actividad de refuerzo que los docentes encargan a los alumnos de acuerdo con lo que se ha trabajado en clase. Por lo tanto, todos los alumnos, aunque sea teóricamente, saben hacerlos.

Otra cosa es que los padres faciliten el momento, la situación, el espacio, y hasta alguna pequeña explicación si es necesaria. Pero ¿qué ocurre si vemos que nuestro hijo no sabe realizar los deberes? La recomendación es notificarlo al maestro para que pueda valorar la situación y adaptar los futuros deberes a cada alumno.

Inicio de clases: ¿horarios estrictos también en casa o flexibilidad?

Llegar del colegio y bajar al parque o la plaza o al patio a jugar con los amigos es casi obligado después de una larga jornada escolar. Pero ¿deberíamos marcarles algún tipo de horario para que a determinada hora vuelvan a casa para hacer las tareas del día siguiente?

Depende de la edad que tengan, respondió Pérez. Según la profesora de la UOC, en etapas como el final de secundaria, y la enseñanza posobligatoria, los alumnos han debido aprender a autogestionarse el tiempo, deben conocer en qué momento hacen mejor las tareas o cuánto tardan.

Pero si hablamos de sus primeras tareas, no está de más acompañarlos a encontrar y conocer de qué manera les va mejor y poco a poco ir generando autonomía en este sentido.

Después, a medida que crecen, «hay que realizar también un ejercicio de confianza compartida con los niños y niñas, un trasladar la obligación de hacer las tareas que tengan a ellos. Si las hacen y cumplen, no deberíamos ser invasivos», señaló.

Inicio de clases: el cambio de etapa

Pasar de primaria a bachillerato puede generar ciertos miedos en el inicio de clases. Ante una situación que parece nueva, es normal que haya incertidumbre.

Pero lo cierto es que los alumnos saben desde que son pequeños cuál va a ser su itinerario en la escuela y el instituto. «Todos los alumnos saben ya en primero o segundo de primaria que, después de quinto, pasarán a la básica secundaria o educación media. Por tanto, han podido anticipar esos cambios. Lo que genera incertidumbre es la no anticipación, no el hecho del cambio en sí», recordó Perales.

Precisamente por eso, es una cuestión de la que podemos hablar con tiempo, «dando espacio a la conversación alrededor de lo que va a cambiar, de lo que preocupa… Es positivo intentar convertir la transición en algo necesario, obligatorio, natural y compartido por el resto de los compañeros y compañeras de su mismo curso explicándoles que tanto los que vendrán después como los de cursos superiores también tendrán o tuvieron que hacerla», dijo la profesora de la UOC.

Si es posible, animarlos a compartir esas incertidumbres con otros alumnos que ya estén en las etapas superiores puede ser de mucha ayuda por ser testimonios más cercanos para ellos.

Inicio de clases: cómo tratar la angustia por un nuevo curso «más difícil».

Según los expertos, es normal que hayan oído que cada curso es «mucho más duro» que el que acaban de terminar, y es cierto. Es necesario que cada curso sea más difícil que el anterior «por la sencilla razón de que, por simple desarrollo evolutivo, cada año que pasa, el alumno es capaz de solucionar cuestiones más complejas», comentó Perales.

No obstante, tanto docentes como familias deben estar atentos a la evolución de cada alumno «para poder adecuar las decisiones sobre los niños en función de su respuesta a cada situación. Si una familia detecta situaciones de angustia, tiene que notificarlo al maestro o profesor asignado, para que pueda actuar en consecuencia», advirtió.


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