La obra teatral «La desobediencia de Marte» se estrenó en el Centro Cultural de la Ciencia (C3), en el barrio porteño de Palermo, donde se presentará en funciones gratuitas hasta el 30 de julio.
Escrita por el periodista mexicano Juan Villoro y dirigida por Marcelo Lombardero, la obra cuenta la historia de los astrónomos Tycho Brahe y Johannes Kepler, interpretados por Osmar Núñez y Lautaro Delgado Tymruk, respectivamente, en un castillo en 1600, mientras trabajan sobre las trayectorias de las órbitas, en especial la de Marte.
La obra, coproducida por el Centro Cultural de la Ciencia del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y el Teatro Nacional Cervantes del Ministerio de Cultura, está recomendada para mayores de 16 años.
Las funciones son viernes, sábados y domingos, a las 20.00 en el auditorio del C3, Godoy Cruz 2270, Buenos Aires, con localidades gratuitas que se obtienen a través de la plataforma Alternativa teatral.
Las trayectorias que toman los vínculos en «La desobediencia de Marte»
El espectáculo relata la relación del astrónomo y matemático alemán Johannes Kepler (1571- 1630), quien invitado por Tycho Brahe, astrónomo danés y matemático del rey germánico Rodolfo II, colabora para descifrar las trayectorias de las órbitas, especialmente la de Marte, la más rebelde.
Tycho era conocido por el diseño y precisión de instrumentos para medir las posiciones de las estrellas y los planetas, que, tras su muerte, pasaron a posesión de Kepler, y que fueron fundamentales para sus leyes sobre el movimiento de los planetas en sus órbitas alrededor del Sol.
La obra indaga en la relación tirante entre los científicos y en un giro inesperado, como el movimiento de Marte, toma otro curso para entrar en la intimidad de los actores que, al igual que Kepler y Brahe, buscan la verdad.
Situado en 1600 o en la actualidad, el juego de opuestos se entremezcla para habilitar la memoria, las creencias y las relaciones humanas. Ambos se precisan, ambos desconfían, pero sin el otro no pueden llegar al movimiento de Marte o descubrir quién es cada uno.
Según me informó el C3 en un comunicado, Villoro se inspiró en el libro Los sonámbulos, de Arthur Koestler, para escribir esta pieza que parte de las conjeturas sobre el origen del universo, y toma, en particular, el encuentro de los astrónomos en el castillo de Benatek, Bohemia, en 1600 para descifrar las órbitas de los planetas.
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