Durante un par de semanas de septiembre probé la Galaxy Book3, la más económica de las tres series de computadoras portátiles que Samsung lanzó este año en la Argentina.
Una de las pruebas sencillas que hice en la Book3, acerca de la cual publiqué esta revisión, fue utilizarla durante un jornada laboral habitual y compartir la experiencia durante el día en las historias de mi perfil en Instagram.
Las imágenes que ilustran esta nota fueron publicadas originalmente en Instagram, e incluyen la hora cuando se registró la fotografía y un texto encima de la imagen a modo de epígrafe.
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El 27 de septiembre a las 7.00 comencé la prueba, con mi jornada laboral en iProfesional, en forma remota desde mi casa.
Encendí la Book3, cuya batería estaba cargada al 100%, y configuré el uso de la energía en un modo equilibrado.
Abrí en la Book3 el navegador Chrome para chequear el estado de la sección Tecnología de iProfesional, que edito desde hace más de 18 años, además de buscar información y utilizar las casillas de correo electrónico basadas en la web.
También abrí en la Book3 el procesador de textos Microsoft Word, instalado en la computadora, para escribir notas; y la planilla de cálculo Microsoft Excel para algunas cuentas.
Instalé en la Book3 la aplicación de WhatsApp, para no utilizar su versión web, para el sistema operativo Windows 11 y la vinculé con mi cuenta en ese servicio de mensajería instantánea.
Además, descargué videos y fotografías de mi teléfono móvil Samsung Galaxy S23 Ultra a la Book3 a través de QuickShare, una aplicación de Samsung para estas transferencias, sin necesidad de utilizar cables.
Cuatro horas después de encenderla, la Book3 apenas había consumido un poco más de un cuarto de la batería.
Pasado el mediodía, cerré la Book3 y la llevé a la redacción de iProfesional, donde la abrí para utilizarla en una capacitación sobre métricas de audiencia.
La Book3 tiene una aplicación nativa de Samsung que graba la actividad de la pantalla, ideal para registrar, por ejemplo, capacitaciones.
Luego cerré la Book3 y la abrí en el restaurante Carita Morena, en el barrio porteño de Palermo, donde utilicé Chrome para depurar las casillas de correo electrónico mientras aguardaba mi almuerzo.
Regresé a mi casa en la ciudad de Olivos, en el norte del Gran Buenos Aires, y volví a trabajar con la Book3 hasta pasadas las 18.00. Antes de apagarla verifiqué que había consumido apenas algo más de la mitad de la batería.
La experiencia fue satisfactoria, aunque debe tenerse en cuenta que ni realicé edición de fotos o videos ni tampoco, porque fue en horario laboral 😉 , ni jugué algunos entretenimientos, ni realicé videollamadas.
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