En mis casillas de correo electrónico llegan a diario decenas y decenas de mensajes de agencias de prensa y áreas de relaciones públicas de organizaciones privadas y gubernamentales.
Algunos de ellos son repetidos, y arriban con pocos días de diferencia entre sí. Los remitentes creen que si el material enviado no fue publicado, tienen una chance nueva reenviándolo. Una creencia equivocada, porque si la primera vez no interesó, la segunda vez tendrá menos posibilidades porque, encima, ya es antigua.
Hay casos peores: el reenvío del mismo material de prensa pero con semanas o incluso meses de diferencia. Los remitentes apuestan a que los periodistas no usan herramientas de búsqueda disponibles en cualquier gestor de correo. Quizás con algunos les salga bien, pero al costo de enemistarse con otros, por enviar algo que ya no es noticia.