El lunes es el día más detestado de la semana, pero el lunes 12 de noviembre de 2012 fue uno de los mejores días del año, gracias a dos tenistas.
Si sigues este blog estarás enterado de mi pasión por el tenis. Puedo llegar a extremos de quedarme 9 horas ante una pantalla de TV en casa para ver la final de Wimbledon 2008 entre Roger Federer y Rafael Nadal.
Ayer, en cambio, bastó con dos horas y 14 minutos para deleitarse con la final de la Copa Masters entre Federer y Novak Djokovic, donde el número uno del mundo derrotó al número dos por 7-6 y 7-5, en un partido lleno de alternativas.
Fue un combate tremendo: “Nos hemos forzado el uno al otro al máximo en este partido, para mí es un privilegio”, dijo el campeón.
Entre la maestría de los tiros de Federer y el ritmo infernal de Djokovic se armó un partido inolvidable, en especial en el primer set, de una hora y 12 minutos de ida y vuelta permanente.
Pero quizás el partido se recuerde dentro de unos años por el siguiente punto: Djokovic saca para ganar el set, y en medio de la tensión por lo que se juega, Federer inventa una volea y luego un “passing” que golpea casi de espaldas:
El “passing” de ayer me hizo recordar a uno que hizo Federer en 2006 en las semifinales de Roland Garros ante David Nalbandian (sugiero ir al inicio del punto en cuestión, a los 28 segundos):