Hoy cedo este espacio a uno de mis amigos más cercanos y queridos, Alejandro Bedrossian, mencionado en este blog en estas notas, quien me envió la siguiente oración, escrita luego de las manifestaciones del 8 de noviembre (8N) pasado contra la administración Fernández de Kirchner.
Alejandro se siente muy distante de los valores que representan ese gobierno y el que encabeza Mauricio Macri en la Capital Federal.
Sobre los manifestantes del 8N, advierte que no vislumbra por ese lado una propuesta concreta para mejorar nuestra realidad, especialmente, de los más pobres.
«Hoy más que nunca creo que la única salida es un cambio espiritual que mueva nuestra cultura hacia un nuevo horizonte», afirma Alejandro, como prólogo a la siguiente oración:
Padrenuestro
No dirijo mi plegaria
al presidente ni al ministro ni a la oposición
sino a ti, Padre nuestro, que estás en el cielo.
No usaré mis labios para venerar
a los que pueden beneficiarme.
Prefiero que en mi boca santificado sea tu nombre,
No espero que llegue el capitalismo ni el socialismo
ni las revoluciones de los iluminados.
sino que venga tu reino.
No deseo los mandatos de ninguna religión,
solo que se haga tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
No te pido un crédito bancario.
Dame hoy el pan de cada día.
Ayudame a no pensar en
lo que me deben -que es mucho-
sino a reconocer mis deudas,
y a recordar
si yo he perdonado a mis deudores.
Y aunque tenga buenos motivos,
no me dejes caer en tentación,
sino líbrame de los miles de disfraces del maligno.
Porque no es mío
ni de él
ni de los gobernantes
ni de nadie,
sino tuyo
el poder y la gloria
por los siglos de los siglos.
Amén.
Alejandro Bedrossian