“Que lea, que lea, que lea”. Así, por triplicado, respondió Alicia Bañuelos, una de las más reconocidas pioneras de Internet en la Argentina, ante la consulta de una madre y amiga en común sobre la educación de su hijo en el contexto de una sociedad hiperconectada.
La charla que manteníamos los tres en un pequeño hotel en el barrio porteño de Palermo el 21 de enero pasado derivó hacia la vigencia de la lectura de libros en la formación de los niños, en medio de los procesos de inclusión de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las escuelas.
Recordé ante ellas a mis padres, que siempre me alentaron desde muy chico, con libros y con su ejemplo, a la buena lectura, y a excelentes maestros del querido colegio Mariano Acosta, donde cursé la primaria y la secundaria, quienes incentivaron el apego a los libros.
Estas alusiones a experiencias personales y al consejo de Alicia regresaron al conocer esta semana la siguiente iniciativa estatal, que cuenta con patrocinio privado.
Se trata del Premio Vivalectura 2013, un concurso que estimula, fomenta y rinde homenaje a las experiencias más destacadas en materia de promoción de la lectura.
Organizado por el Ministerio de Educación de la Nación y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), el premio cuenta con la cooperación de la Fundación Santillana.
Las inscripciones estarán abiertas hasta el 15 de marzo para las siguientes categorías:
- Escuelas de gestión estatal y de gestión privada.
- Sociedad: institutos de formación docente de gestión estatal y privada, universidades/facultades, profesionales vinculados a organizaciones no gubernamentales (ONG) o civiles con o sin fines de lucro, y bibliotecas.
- Estrategias de promoción de la lectura en medios digitales.
También habrá una categoría especial denominada “Lectura entre docentes”.
Los ganadores de cada categoría (escuelas, sociedad y medios digitales) recibirán un premio de 25 mil pesos. Las menciones de honor recibirán un premio de 8 mil pesos.
Los finalistas recibirán una pequeña biblioteca literaria y pedagógica facilitada por el Ministerio de Educación, el Plan Nacional de Lectura, Alfaguara Infantil y Juvenil y Alfaguara adultos compuesta por 15 títulos.
Los participantes que se inscriban y envíen su trabajo en la categoría especial recibirán una mención y un libro por el solo hecho de participar.
Más información aquí.
Querido: Para variar, excelente esto. Te imaginás que el tema de promoción de la lectura de «libros» (soy de la generación que le tomó el sabor a la página impresa), es uno de mis preferidos. Hasta el día de hoy, en la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia de Bahía Blanca se mantiene el proyecto de «La hora del cuento» que inauguré creo que por los años 50; acompañada por maestras colegas, fanáticas como yo de la lectura y entre las que estaba Bity; todas las semanas ,en la sala infantil siempre muy concurrida, contábamos cuentos. Inauguré el proyecto relatando algunas de las aventuras de Tom Sawyer , de Mark Tawin. En clases de escuela dominical, desde los 13 años usé la narración como medio de trasmisión más que efectivo. Durante los años en que dicté Literatura infantil en los cursos de Profesorado (ECEA, Normal 1, Rawson) incorporé el «Cub de narradores». Previamente hice un curso en el Instituto Suma con dos maestras de narración: Martha Salotti y Dora Etchebarne. En varios congresos femeniles bautistas di talleres sobre el arte de narrar. ¿Para qué toda esta historia? Porque desde que supe que Mempo Giardinelli creó en el Chaco grupos de «Abuelos cuenta cuentos» me ronda la idea de organizar algo por aquí. El grupo de mayores de mi iglesia y los de CIAM me sirven de incentivo permanente. Ya probé de llevar la narración a salas en hospitales y hogares de mayores; es notable la atención que prestan y lo bien que se sienten con quienes, previamente capacitados en el uso de gestos, ademanes, diferentes matices de voz, los deleiten y alegren. Pero ahora lo nuevo: desde que conocí el proyecto de Lombardi (uno de los mejores secretarios que rodean a Mauricio Macri) de destinar vagones del ex subte A para instalar biblioteca y espacios para la narración en parques y plazas, me volvió la idea. Estoy orando y buscando asesorarme (espero contar con tu opinión, consejos, muchos etc…..) para elaborar un proyecto y hacérselo llegar. El propósito es doble: despertar interés por la lectura yendo de la narración a los libros; ofrecer un espacio para que los de la tercera ¡y ahora cuarta edad! desempolven las buenas costumbres de contar cuentos, anécdotas,etc. y voluntariamente destinen el tiempo, que a la mayoría les sobra, para entrenarse, seleccionar los relatos, prepararse e instalar el descuidado arte de narrar.