En la Argentina no existe un espacio de diálogo, cultura y arte entre creyentes y ateos, como ocurre en algunas ciudades europeas, y que constituyen una oportunidad real de diálogo entre fe y razón.
Se trata de lugares simbólicos de diálogo entre personas deseosas de confrontar entre ellas los grandes temas del ser, de la existencia y del propio misterio de Dios.
En la Iglesia Católica Romana lo llaman como «atrio de los gentiles», un lugar donde recibir a los no creyentes y ateos que, de alguna manera, buscan a Dios.
Algunos de los temas que se tratan son los siguientes: «¿Podemos hablar de Dios?”; “Dios en la literatura actual y en los medios”; “La presencia de Dios en la lucha por la dignidad de la persona”; “Dios en el cine, hoy”; “La presencia de Dios en la vida pública”; “¿Podemos hablar de Dios desde el arte de hoy?” y “El silencio de Dios en la historia”.

Cruz en la celebración de oración del Grupo Ecuménico de la Zona Norte del Gran Buenos Aires, en la Iglesia Evangélica Metodista de Martínez, Buenos Aires, 21 de agosto de 2012.
A partir de estos temas se generan espacios para abrir un diálogo recíproco, enriquecedor y culturalmente estimulante, entre los cristianos y los que sienten lejana la religión.
Los expositores son representantes de la vida cultural, social y eclesial en la ciudad donde se realiza la actividad.
Por ejemplo, en una ciudad española, el director de un museo de arte sacro; el presidente de la Cruz Roja; la titular de una asociación de víctimas del terrorismo; un crítico de cine; el director de un observatorio de la inmigración; profesores, sociólogos, periodistas e historiadores.
Las actividades incluyen recitales de música cristiana moderna y clásica y la proyección de películas, como «De dioses y hombres» y «El festín de Babette«.
En la Argentina las iglesias tienen recursos humanos, intelectuales y de espacio para imitar este tipo de iniciativas.
El obstáculo a salvar, entre otros, es el espíritu de gueto, de barrio cerrado en el que están abroqueladas y encerradas muchas congregaciones.
(Esta nota propia fue publicada originalmente en la edición 228 de Pulso Cristiano.)
Muy cierto lo del gueto y me parece que tanto o más preocupante son el ánimo proselitista y la actitud de ‘conozco LA verdad’ que no permite la libre expresión de otras voces sin escandalizarse y sin querer poner ‘en vereda’ al que piensa distinto.