La falta de agua potable y el deficiente sistema sanitario originan el 75% de las enfermedades en los países no desarrollados según organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud y las Naciones Unidas.
Las principales enfermedades de transmisión hídrica son las diarreicas, que producen cerca de 3 millones de muertes anuales, principalmente en niños.
En la Argentina, según datos del censo de 2010, más del 17 % de la población carece de agua de red en zonas rurales, semi-rurales, asentamientos.
¿De dónde extraen agua miles de familias? De pozos, ríos, vertientes, recolección de agua de lluvia. Esto significa que consumen agua no potable en muchos de los casos.
Gabriela Delgado comenzó a trabajar en un proyecto en 2006 basado en la aplicación de tecnologías de bajo costo para el tratamiento de aguas para consumo humano.
Esta iniciativa se inició con una beca de investigación y producción, seguida por una tesis de grado en licenciatura en artes plásticas en la orientación cerámica en la Universidad Nacional de La Plata.
El trabajo culminó en la presentación de una patente basada en el diseño de dispositivos de filtrado de agua a base de piezas cerámicas. Estos sistemas clarifican el agua, son de bajo costo, fácil implementación, instalación y mantenimiento, y emplean elementos de uso cotidiano como baldes plásticos y caños.
Para la purificación se diseñaron dispositivos filtrantes que pueden elaborarse artesanalmente en centros de capacitación y/o a nivel semindustrial. Se emplean agentes bactericidas como plata coloidal o cloro y elementos de microfiltración, que varían según el modelo seleccionado en función de los hábitos de higiene y costumbres propios de cada comunidad.
Los dispositivos no requieren conexión a sistemas de agua de red ni a fuentes eléctricas, ya que funcionan por la presión hidrostática ejercida por la columna de agua a filtrar.
«Se requiere financiación para la determinación de la vida útil y producción de los sistemas. Asimismo, es imprescindible contar con la participación y apoyo estatal para la transferencia, capacitación y seguimiento del uso de los sistemas filtrantes en comunidades que se encuentran en situación de vulnerabilidad sanitaria», me explicó Delgado.