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La Catedral San Gregorio El Iluminador, el principal centro religioso armenio en la Argentina, estuvo repleta de personas la tarde del 24 de abril en la misa por el millón y medio de víctimas del genocidio armenio, perpetrado hace un siglo por el Imperio Otomano, antecesor de Turquía.

El servicio religioso en el templo ubicado en el barrio porteño de Palermo formó parte de la serie de actos de conmemoración del centenario de este exterminio masivo aún impune y no reconocido por el Gobierno de Ankara.

El oficio, celebrado en memoria de los «mártires» asesinados entre 1915 y 1923 por las tropas otomanas, fue presidido por monseñor Vartan Waldir Boghossian, obispo de la Eparquía San Gregorio de Narek en Buenos Aires de los Armenios y exarca apostólico para los fieles de rito armenio residentes en América latina.

Además del simbolismo del aniversario centenario, la conmemoración recibió un impulso y una visibilidad mediática especial gracias al reconocimiento sobre el genocidio que realizó el 12 de abril el papa Francisco, que fue objeto de duros ataques por parte de Turquía como consecuencia de sus declaraciones.

El servicio fue realizado bajo el rito de la Iglesia Apostólica Armenia, todo en armenio y sin traducción, y bajo la forma antifonal, con un ida y vuelta casi permanente entre el obispo y sus ayudantes y un coro ubicado en una planta superior en el templo.

Para quienes participamos de otras tradiciones cristianas (en mi caso, de origen evangélico y protestante), la dinámica resulta muy singular y diferente, con prolongados lapsos de tiempo donde los feligreses están de pie para escuchar toda la liturgia, en un ambiente impregnado por el incienso que lanzan los ayudantes del obsipo.

Debajo, unas fotografías que tomé durante el servicio. La de apertura de esta nota muestra a miembros de grupos de scouts armenios en el pasillo central de la catedral.

Misa por el genocidio armenio en Buenos Aires.

Misa por el genocidio armenio en Buenos Aires.La única parte del servicio en español fue cerca del final, antes de la misa, cuando Boghossian pidió a un ayudante que leyera las declaraciones del Papa y luego recordó el reclamo de justicia por los crímenes cometidos y la canonización de los mártires.

Debajo, una lista de videos propios, que incluye las palabras de Boghossian:

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=vf3t4V68NjA?list=PLN4vnTdfadV4MYwFs_U5HSwJil6duM957&w=560&h=315]

Cuando comenzó a oficiarse la misa, me retiré del templo junto a mi hija Agustina. La escalinata y los alrededores de la catedral estaban repletos de personas, reunidas por la conmemoración, aunque ajenas al servicio religioso.

Catedral San Gregorio El IluminadorEn una escuela frente a la catedral había una cartelera con reproducciones de la flor «No me olvides», símbolo de esta conmemoración, realizadas por niños.

No me olvides, símbolo del genocidio armenioEn la esquina vecina de las calles Armenia y Niceto Vega había un memorial levantado en honor a las víctimas, donde tomé las siguientes fotografías.

Memorial del genocidio armenio en Buenos Aires.

Memorial del genocidio armenio en Buenos Aires.Los actos continuaron los días siguientes con actividades en la Feria del Libro de Buenos Aires y el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, entre otros encuentros.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

2 Comments

  • Gracias, César. Lo de mártires en mi opinión debe ir sin comillas, porque fueron mártires (testigos y a la vez víctimas) a causa de su fe. Al que se hacía musulmán le perdonaban la vida. Sólo en la mal llamada guerra de Marash murieron 3,000 personas cuando el templo de la Iglesia Apostólica Armenia fue incendiado. Podemos relatar muchas historias más. Creo que tanto dolor, comparable al que hoy sienten loas familias de los asesinados y torturados por ISIS, merece el mayor reconocimiento. Para mí fueron MÁRTIRES, con mayúsculas. Un gran abrazo y gracias por difundir la gesta de nuestros abuelos y bisabuelos con amor, respeto y sentido de justicia.

    • Pablo, fíjate que en el título publiqué esa palabra sin comillas, coincidiendo con el criterio que mencionas y con el que estoy de acuerdo completamente. Las comillas están para destacarlas en el cuerpo de la nota, es un recurso que utlizo algunas veces para no abusar de las negritas, que reservo generalmente para los nombres propios. Abrazo.

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