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Soy un hombre bendecido por Dios, porque trabajo desde 1986 y sustento a mi familia con mi vocación y el oficio para el cual me formé: el periodismo.

Hoy, 7 de junio, en la Argentina es nuestro día, el día de los periodistas.

Hoy es el día de los periodistas que empezamos golpeando las duras teclas de una máquina de escribir Olivetti en 1986 en el informativo de Radio Splendid, y de los periodistas que empiezan tocando suavemente el teclado de una computadora o una tableta.

Hoy es el día de los periodistas que salíamos de la redacción a hacer notas con libreta de papel y una birome Bic y un grabador con casetes, y de los periodistas (aquellos que hoy pueden salir de la redacción…) que van munidos con un teléfono móvil donde graban y toman apuntes y fotos y vídeos y hasta publican sus artículos.

Hoy es el día de los periodistas que tuvimos la bendición de trabajar con buenos editores que nos formaron en las redacciones, cuando éstas eran una especie de taller de carpintería artesanal, y de los periodistas que hoy procuran diferenciarse con un trabajo original, bien escrito y/o pronunciado y editado, que se distinga en un mar de sargazos de textos copiados y pegados de Internet.

Hoy es el día de los periodistas que luchamos por nuestras fuentes de trabajo, como en las agencia de noticias Interdiarios en 1995 e Infosic (en la foto al inicio de esta nota, varios de ellos) en la primera década de este siglo, y de los periodistas que hoy, y desde hace décadas, trabajan precarizados bajo la figura del «freelance» o los (puaj, detesto esta palabra) «colaboradores».

Hoy es el día de los periodistas como mi amiga, compañera y colega Andrea Delfino, quien el 6 de junio escribió en su perfil de Facebook las siguientes palabras, que suscribo una por una:

“Porque un día soñé con escribir, contar qué pasa, no lo que pasó sino aquello que necesitamos saber cada día. Porque la tozudez siempre fue una de mis características. Porque conté con el apoyo de mis viejos quienes llenos de miedo me dejaron volar y crecer…’Y si yo estoy mirando la tele y veo que alguien te empuja o te maltrata y no llego a defenderte’… ¿qué hago?’ me preguntaba mi viejo cuando el sueño se iba convirtiendo en realidad. Y pasaron cosas, algunas las conté, otras las viví y las peleé. Porque en esta profesión, como en todas, lidias con claros y oscuros. Porque no se hace periodismo a solas y desde un atril. Se hace caminando, discutiendo, aprendiendo y especialmente escuchando. Porque hoy miro atrás y veo que no lo hice tan mal. Porque pienso y siento que aún hay mucho por aprender y por contar”.

Hoy es el día de los periodistas que empiezan en este oficio como mi hija, Agustina Dergarabedian, con la esperanza que siga cada día dando pasos, guiada por el amigo, compañero y colega Epifanio Blanco, como los que pisó Andrea.

En agosto de 2014, en la primera cobertura que Agustina hizo para Portinos, el medio de comunicación digital donde ella trabaja bajo la dirección de mi querido amigo y colega Epifanio Blanco, también en esta foto.

En agosto de 2014, en la primera cobertura que Agustina hizo para Portinos, el medio de comunicación digital donde ella trabaja bajo la dirección de Epifanio Blanco, también en esta foto.

Hoy es el día de los periodistas como Jorge Gobbi y Rubén Levenberg, ejemplos de profesionalismo y ética, quienes se preguntaron delante de mí si el periodismo los dejó, porque se desvirtuó su esencia.

Hoy es el día de los periodistas como David Kohler, mi amigo, hermano en la fe cristiana y socio en Pulso Cristiano, quien recolecta historias y testimonios para futuras notas mientras trabaja transportando personas en un automóvil en el sur del Gran Buenos Aires.

Hoy es el día de los periodistas como, por ejemplo mi amigo Ariel Torres, que tienen al lector entre ceja y ceja, y no a su editor, sus fuentes, sus anunciantes o sus propios colegas.

Hoy es el día de los periodistas de las agencias de noticias, como por ejemplo Adrián Taccone, grandes anónimos que firman sus notas apenas con siglas pero que nutren a centenares de medios que no podrían sustentarse sin ese trabajo.

Hoy es el día de las periodistas, como mis compañeras de trabajo en iProfesional (quienes me soportan a diario en la redacción) Ana Clara Pedotti, Cecilia Novoa, Florencia Gagliardi, Francisca Valsecchi, Guadalupe Piñeiro Michel, Guillermina Fossatti, Marilina Grandinetti, Paula Krizanovic y Valeria López. Y de mis amigas Alba Piotto, Alejandra Beresovsky, Alicia Giorgetti, Andrea Catalano, la citada Andrea Delfino, Andrea Gentil, Andrea Rivas, Clarisa Herrera Lafaille, Evangelina Himitian, Irina Sternik, Leticia Pautasio, Liliana Samuel, Lorena Guarino, Mariana Pernas, Marilina Esquivel, Martina Rúa, Patricia Cravero, Paula López, Paula Scordo, Rocío Bravo, Sabrina Díaz Rato, Vanina Save y Victoria Pellegrinelli, que se distinguen, como otras colegas que no menciono para no extender la nota, por su creatividad, esfuerzo y dignidad, al mismo tiempo que son cónyuges, madres, hijas con sus padres a su cargo y/o amas de casa. Sin embargo, les cuesta más que a los hombres desarrollarse, sobresalir y crecer en un ambiente donde predomina el machismo y se las posterga a la hora de asignar responsabilidades, salarios y coberturas.

Hoy es el día de los periodistas que somos amigos, más allá de divismos y egocentrismos y competencias, y que nos sentamos alrededor de una mesa para compartir risas, regadas por comidas y bebidas.

Hoy somos periodistas que vivimos un tiempo de crisis y transición hacia un futuro incierto, puesto en tela de juicio por Internet, donde debemos saber cambiar y adaptarnos. Un tiempo donde debemos opinar mucho más del mundo virtual, donde sepamos analizar y criticar lo que aparece en Internet, para que los lectores entiendan si lo que encuentran en línea es verdadero o falso.

Somos periodistas. Por eso y mucho más, como escribió Andrea Delfino,

“feliz día a los colegas que siguen convencidos que ser periodista es el más hermoso de los oficios y la más severa de las profesiones”.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

7 Comments

  • A muchos de ustedes los conozco. A todos los respeto. De algunos aprendo. No soy periodista por formación. Me conmuevo cuando leo lo que escriben y describen, cuando encuentro que sus palabras me transportan al lugar desde donde cuentan los hechos, cuando veo que sus imágenes dicen lo que ustedes hubieran querido decir, cuando siento la pasión que ponen para sus producciones. Por eso, como lector les deseo un feliz día.

  • Si bien ya no ejerce, creo que vale una mención a mi padre Enrique «Quique» Monzón, quien fue pionero en el periodismo informático argentino.

  • Dafne Plou dice:

    Excelentes reflexiones, nunca fue sencillo informar con verdad y buenas fuentes. Es importante saber que tantos periodistas se juegan a diario por informar con libertad y pasión.

  • noemí dice:

    Lamento haber leído tan tarde esta nota. Nunca es tarde felicitarte querido César por el lugar que estás ocupando dentro de tu profesión. Asimismo disfrutar de tu sano orgullo por los pasos que está siguiendo Agustina, tu hija , en el feliz inicio de su carrera. A los dos, «Feliz Día del Periodista» Noemí Canclini

  • Paula Ancery dice:

    Qué hermosas palabras. ¡Feliz día, César! Un abrazo.

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