Sebastián Lorenzo respondió a mi cuestionario sobre balances y retos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en el kirchnerismo y en el próximo Gobierno nacional.
En 2008, Lorenzo fue convocado para trabajar en el equipo que llevó adelante el desarrollo estratégico de la TV Digital Argentina (SATVDT), acompañando a su coordinador Osvaldo Nemirovsci. Ese año también impulsó la creación de la Fundación Sociedades Digitales, un lugar para la planificación estratégica de políticas digitales.
En 2010 fue nombrado director de la Escuela Nacional de Gobierno de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, donde impulsó la primera cátedra pública de gobierno abierto de la Argentina y la incorporación del concepto de software libre en el Gobierno nacional.
En 2012 asumió como titular del Centro Experimental de Industrias Culturales de Entre Ríos (CEICER), en el Ministerio de Cultura y Comunicación de su provincia natal. Desde abril de 2015 está dedicado por completo a la dirección ejecutiva de la Fundación Sociedades Digitales.
-¿Qué balance hace de la gestión y las políticas de las administraciones Kirchner iniciadas en 2003 en relación a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)?
-Yo trabajaba en Entre Ríos en el 2003, tenía una empresa de diseño de sitios web. En ese momento nuestros clientes nos pagaban, cuando podían, con una pseudomoneda que se llamaba «Bono Federal«. Nosotros debíamos cambiar esos bonos por pesos, perdiendo el 50% de su valor en la transacción. Finalmente, para poder pagar al proveedor de «hosting», que por esos tiempos estaba normalmente en USA o Canadá, debíamos convertir el valor de esos pesos a dólares, perdiendo nuevamente la mitad del valor del peso. Esa era la realidad de muchísimas pymes del sector informático, muchas desaparecieron y otras tuvieron que migrar al exterior.
Hoy nos encontramos con una realidad totalmente distinta, producto del avance natural de los procesos informáticos a nivel global, pero también producto de políticas públicas que acompañaron y fortalecieron el empoderamiento del pueblo de la mano de esos cambios mundiales.
Tenemos empresas globales muy potentes del sector con sus sedes en nuestro país, y un Estado invirtiendo muchísimos recursos en conectividad y formación en casi todas las franjas de la pirámide poblacional.
Aunque falta mucho y siempre seguirá faltando, porque así es la vida, el balance que hago es muy positivo.
-¿Cuáles son los desafíos relacionados a las TIC que enfrentará el próximo Gobierno nacional?
-Creo que este gobierno ha tenido una dinámica muy veloz y ha logrado hacer eje en las grandes cosas de “lo digital”.
Lo que debería seguir es la profundización de lo hecho hasta aquí y, en paralelo, la implementación de cuestiones de “hilado fino”: implementación de gobierno abierto, mayor acompañamiento a las “startups” locales, elevar el nivel de discusión, apertura e implementación de políticas púbicas relacionadas da soberanía digital y ciberseguridad, por citar algunos de los grandes temas que no fueron posibles abordar con el tiempo necesario en estos 12 años.
-¿Qué debería hacer el próximo Gobierno nacional para aprovechar –en favor del desarrollo de la sociedad de la información y el conocimiento– la infraestructura y la legislación (Argentina Conectada, Conectar Igualdad, satélite Arsat 1, ley Argentina Digital, leyes de promoción del software) en relación a las TIC registradas en esta última década?
-Deberá, sin dudas, conformar la gran estructura gubernamental que aborde el ecosistema digital argentino como una unidad. Pongamosle Ministerio TIC, si queremos llamarle de algún modo hipotético.
Hoy somos la suma de muy buenas tareas que se fueron llevando adelante desde los diferentes ministerios y reparticiones. Y está bien que sea así, porque de alguna manera había que comenzar.
Ahora se tendrá trabajar para que todo eso sea un solo sistema, cada vez más útil para la sociedad argentina y cada vez más sólido en términos de nuestra soberanía.
-En su opinión, ¿qué políticas debería desarrollar el próximo Gobierno nacional en relación a los datos abiertos en el Estado?
-Los datos abiertos deben ser utilizados para que el pueblo, que es el verdadero dueño de esos datos, obtenga beneficios concretos. Bien, ahora, eso no significa que a Doña Rosa le tiremos por la cabeza una base de datos.
El Estado deberá construir su propia estructura para que esos datos que tiene en los diferentes organismos realmente sean traducidos a beneficios populares, llámese aplicaciones móviles, o el formato que corresponda en cada caso.
No estoy diciendo que esos datos no deben ser públicos, sino que -y para ponerlo en un ejemplo zonzo-, así como el Ministerio de Obras Públicas entrega a los ciudadanos una calle terminada y no bolsas de portland, un área de datos públicos debería entregar aplicaciones útiles, realizadas con datos públicos, y no bases de datos que son incomprensibles para el 99% de la ciudadanía.
Cuando en nombre de la apertura de datos se entregan solo base de datos y se liberan cuestiones que son muy técnicas los que se benefician, en primer término, son las corporaciones y algunos sectores minoritarios y elitistas. Es mi visión, relativa, del asunto.
-¿En cuáles áreas debería enfocar el próximo Gobierno nacional sus programas de I+D+i (investigación+desarrollo+innovación)?
-Generación de empleo, salud, educación, cuidado del ambiente y soberanía digital.
-A partir del programa Conectar Igualdad, ¿cómo debería integrar el próximo Gobierno nacional a las TIC en las políticas de educación general?
-Conectar Igualdad es una genialidad en términos conceptuales. Podemos discutir si “notebook o tablet”, si “Anses o Ministerio de Educación”, “si Linux sí o Linux no”, en fin, siempre está el que se dispone a encontrarle un pelo al huevo.
Lo concreto es que miles de jóvenes argentinos están aprendiendo a programar y millones a diseñar y «surfear» en un universo de conocimientos globales y locales.
Hoy esos chicos son, posiblemente, uno de los mayores legados que deje este gobierno de cara al futuro.
El programa Conectar Igualdad debería continuar y ampliarse a todos los establecimientos, públicos y privados, del país.
-¿Qué debería hacer el próximo Gobierno nacional en relación a los beneficios fiscales para la fabricación de productos TIC en Tierra del Fuego?
-Es un tema que hay que revisar con responsabilidad y sin pasiones. En el sector TIC no podemos mirarnos el ombligo y concebirnos como un sistema económico por fuera del resto de la economía de un país. Es una posición absurda pero que, sin embargo, muchos asumen con total naturalidad.
La economía de la Argentina ha soportado en estos años contextos no siempre favorables y varios embates durísimos. Sistemas bursátiles de continentes enteros, como es el caso de Europa, se han caídos a pedazos en estos años, pero sin embargo la Presidenta y su equipo han logrado defender el empleo y el poder adquisitivo de los ciudadanos en la Argentina.
En esto a cada paso tenemos que darlo seriedad, para no desestabilizar lo que tanto nos ha logrado construir como país en términos económicos.
Dicho esto, soy de los que opinan que hay que apostar mucho más fuerte por los emprendedores del sector TIC, tanto hardware como software.
Es una industria que puede generar más empleo de calidad para la gente joven y muchísimos más aportes al PBI argentino de lo que hoy está generando, además es una industria amigable con el medio ambiente y muy oportuna para una sociedad con tanta creatividad y capacidad como la nuestra.
-¿Qué alternativas podría adoptar el próximo Gobierno nacional para financiar a los negocios iniciales («startups») y el crecimiento de las empresas?
-La Argentina tiene un desarrollo creativo que es reconocido en todo el mundo. Las “startups” argentinas, igual que todas, necesitan fondos y acompañamiento profesional para arrancar.
Creo que la solución a este tipo de desafíos se encuentra siempre en el abordaje colectivo del asunto, en todo el mundo hay buenos ejemplos de ello.
El gobierno debería buscar las posibilidades de invertir muchísimo más dinero en sacar adelante a las miles de “startups” que hay en la Argentina, brindar asesoramiento y, sobre todo, generar «clusters» donde se permita compartir experiencias individuales para luego elaborar soluciones colectivas.
Todos los países que se han «jugado» por políticas de este tipo han tenido beneficios sociales en pocos años.
Hubiese sido descabellado pensar en este tipo de desafíos allá por el 2003, pero hoy, 12 años después y con el piso consolidado que deje Cristina, es prácticamente una obligación para el próximo Presidente.
Puedes leer las respuestas de otros entrevistados aquí.
Participé en todas las instancias digitales haciendo hincapié en las políticas de infancia y sólo lo que adquiría fueron certificados para seguir participando…
Espero que durante la próxima gestión pueda avanzarse sobre los derechos de Infancia y hacer un buen portal oficial donde se nuclee toda la información pertinente a esta temática.