A las 15.30 del 15 de junio de 2015 entró al café La Biela Mariano de Vedia, uno de mis 50 invitados para celebrar mis 50 años, una idea sobre la cual puedes leer más en esta nota.
Mariano, de 53 años, es periodista e hijo de periodista, simpatizante de Estudiantes, casado y padre de tres hijos, y autor de varios libros sobre educación y acerca del papa Francisco.
Editor de política en el diario La Nación, Mariano es un cristiano cabal y un caballero que honra con su conducta y su trabajo la herencia de su padre Bartolomé de Vedia.
Con una sonrisa tranquila que ilumina su rostro debajo de unos claros y pequeños escondidos detrás de unos anteojos, Mariano es un amigo muy afable y generoso.
Nuestras familias coincidieron en 1996 en unas vacaciones de verano en un hotel sindical en la localidad cordobesa de Río Ceballos. La amistad que nació hace casi dos décadas permanece incólume.
Durante dos horas, con dos cafés (con leche él, con crema el mío), hablamos de los temas que nos apasionan, como la literatura, los deportes y el periodismo.
Descubrimos así que el germen del periodismo apareció cuando éramos niños y adolescentes con las lecturas de las crónicas deportivas de Osvaldo Ardizzone, Héctor Vega Onesime y Orcasitas en la revista El Gráfico.
Impulsado por el ejemplo de una de sus hijas, que se recibió de abogada en la Universidad de Buenos Aires, Mariano retomó sus estudios en abogacía en el mismo centro de altos estudios y se recibió en 2014.
Mariano me honra con su amistad, y doy gracias a Dios por su vida y por su testimonio fecundo de fe cristiana.