El lugar culminante de la Iglesia de los Capuchinos, el templo más hermoso de la ciudad de Córdoba, es una cámara que está detrás del alta principal, rodeada de magníficos vitrales.
Visité el templo, sobre el cual te conté en esta nota, la tarde del 22 de febrero, en el marco de unas breves vacaciones.
Hacía mucho calor, la ciudad estaba semivacía porque era un domingo en época de vacaciones y en la iglesia no había ninguna celebración religiosa, por lo que pude recorrerla a mis anchas.
A la cámara se sube por unas escaleras empinadas y angostas que están a los costados del altar.
Cuando se llega a la sala, los vitrales coloridos iluminados por el sol de la tarde refrescan el alma y el espíritu.
Debajo, una galería de fotos propias de la sala de este templo.
Magníficos vitrales! Que privilegio admirarlos en silencio y compartir . Gracias César, por acercarnos estas imponentes obras de arte!
¡Muchas gracias, Noemí!
Esos magníficos vitrales fueron creados por mi abuelo, Emidio Angellotti, llegó a Córdoba a los quince años a comienzo del siglo 20 y fundó el primer taller de vitraux de Córdoba, también los creaba para casas particulares y trabajo en todas las iglesias de la provincia.