El 2015 fue un año bisagra para mis amigos Ariel Torres y Marisol de la Fuente, porque se mudaron del barrio porteño de Barracas a una casa en la localidad de Ingeniero Maschwitz, en el norte del Gran Buenos Aires.
Una vez instalados en el nuevo hogar, junto a sus perros y gatos, todos ellos rescatados de la calle, me invitaron a compartir el 6 de diciembre la primera comida que ofrecieron a sus amigos.
En rigor, la casa es provisoria: residen en ella mientras avanza la construcción de la vivienda definitiva en un barrio cercano en la misma zona.
En los perfiles de Ariel y Marisol en Instagram puedes apreciar el excelente gusto de ambos por las buenas comidas y vinos.
En las siguientes fotos que tomé con un teléfono móvil Moto X segunda generación apreciarás otras muestras de esos talentos.
En la entrada de la casa nos recibía este menú:
La mesa estaba presentada así en un día primaveral, ideal para estar al aire libre:
Debajo, parte de la materia prima cárnica:
La parrilla del asado al carbón que preparó Ariel con un rigor similar al que aplica en sus notas de tecnologías de la información y la comunicación en el diario porteño La Nación.
Algunas de las carnes y papas a las brasas que salieron de esa parrilla:
El asado estuvo acompañado por picadas, salsas y dips caseros de los anfitriones, todo regado con vinos seleccionados por la futura sommelier Marisol, y que matizaron charlas distendidas y marcadas por las risas.
Luego del almuerzo hubo tiempo para la música de Ariel en sus teclados. Los gatos escucharon imperturbables.
La sobremesa se extendió en el amplio jardín con dulces y mates y un toque refrescante de espumantes, que animaron el relato de historias de vidas enriquecedoras.
Parte del marco de flores exultantes que rodearon la sobremesa en el jardín.
Al atardecer iniciamos el regreso, con el cuerpo y el espíritu regocijados por la generosa y rica amistad de dos increíbles anfitriones.