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Te comparto fotografías de la estación Retiro del ferrocarril Mitre, en Buenos Aires, que tomé el 17 de mayo con un teléfono móvil Samsung Galaxy S7.

Tomé las fotografías en modo profesional y en formato raw, luego las revelé y edité en el mismo teléfono con la aplicación Snapseed.

Quizás te sorprendió que usé «revelar» para referirme a una foto digital, cuando ese verbo se emplea habitualmente para los rollos de fotografías analógicas o tradicionales.

Cuando disparo con la cámara digital o del teléfono una foto en formato JPG o JPEG, la cámara graba la imagen de manera definitiva en la tarjeta de memoria o el almacenamiento del equipo en un formato interpretable por cualquier software de fotografía.

Una disgresión sobre la sigla JPEG, que viene del inglés «Joint Photographic Experts Group» o «Grupo Conjunto de Expertos en Fotografía», que creó un estándar de compresión y codificación de archivos e imágenes fijas.

Además de ser un método de compresión, es a menudo considerado como un formato de archivo.

JPEG/Exif es el formato de imagen más común, utilizado por las cámaras fotográficas digitales y otros dispositivos de captura de imagen, junto con JPG, que también es otro formato para el almacenamiento y la transmisión de imágenes fotográficas en Internet.

Vuelvo al momento de la toma de la imagen: en ese momento la cámara registra la foto con ciertos datos (balance de blancos, saturación, exposición, contraste, etc.) y prescinde de los demás datos innecesarios.

La cámara comprime la foto, la empaqueta y la deja preparada para visualizar en cualquier momento, enviársela a algún amigo por correo electrónico y mensajería instantánea, publicarla en este blog o redes sociales, etc.

En cambio, cuando disparo con el formato raw, la cámara registra, además de los datos de la imagen, todos los posibles valores, y deja la foto de alguna manera “abierta” a cualquier cambio posterior.

Una situación que me sucede cuando tomo fotografías en lugares inseguros en Buenos Aires, como las estaciones ferroviarias: tomo la foto con unos valores de exposición y balance de blancos, pero luego cambio de opinión y quiero cambiar esos valores por otros. Pero no puedo disparar la foto de nuevo porque ya me fui del lugar.

Si tuviera una imagen JPG poco podría cambiar, pero si tuviese una raw entonces la abriría, aportaría las modificaciones necesarias, y en ese momento obtendría la imagen JPG definitiva.

Las fotos en raw son por lo tanto una especie de «negativo», un fichero fuente del cual se puede obtener la imagen final que siempre será JPG.

Los profesionales de la fotografía disparan en modo raw, porque no comprime la foto como lo hace el JPG. Con una foto raw se capta toda la calidad posible.

Permite cambios posteriores, ajustes, mejoras: con el formato raw se puede cambiar casi todo en la foto.

Excepto detalles como el encuadre, la disposición de los objetos/sujeto, etc., lo demás casi todo se puede cambiar más tarde: se le puede dar a la foto más exposición (luz), cambiarle el balance de blancos, darle más calidez o más frío, cambiarle la saturación, etc.

¿Tiene algo negativo este formato? Sí, la foto es muy «voluminosa» y ocupa mucho espacio de almacenamiento.

Por ejemplo, una foto en JPG puede estar en 2 MB mientras que la misma foto en raw supera tranquilamente los 20 MB.

Si eres de tomar muchas fotografías y no tienes mucha memoria para almacenar en el teléfono o la cámara digital y si no puedes descargar las imágenes en una computadora, el raw no es recomendable.

La última generación de «smartphones» Samsung Galaxy, S7 y S7 Edge, y el S6 Edge +, que probé entre abril y mayo, permiten tomar fotografías en raw.

Utilizo en esos teléfonos, y en otros «smartphones», Snapseed, un excelente editor fotográfico profesional, con potentes herramientas de edición y filtros que permiten perfeccionar las fotos en un instante. Ah, y es totalmente gratuito…

Desde su versión 2.1, este programa permite editar fotos raw o revelar porque este formato, como ya lo dije, es como un negativo digital.

La última versión de Snapseed soporta los archivos .DNG (raw). Para revelar una foto raw lo primero que se tiene que hacer es tomar una fotografías en JPG+raw con alguna de las aplicaciones de cámara compatibles, como Camera FV-5 o AZ Camera.

Atención, si no se tiene el JPEG asociado al raw no se podrá revelar la foto.

En el proceso de revelado se pueden ajustar los siguientes parámetros de la foto:

  • Exposición
  • Zonas brillantes
  • Sombras
  • Contraste
  • Estructura
  • Saturación
  • Temperatura
  • Matiz

Una vez «revelada» la foto se pasa al editor normal de Snapseed para utilizar el resto de herramientas, filtros y marcos.

El «negativo digital», el raw, de la foto siempre se conservará en su estado original, nunca se modificará. Las modificaciones que se hagan van todas a una copia en JPG.

 

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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