El 8 de abril de 2016 inicié el viaje a China en el aeropuerto porteño de Ezeiza a bordo del Boeing 747-8i de la aerolínea alemana Lufthansa, conocido en el ambiente aeronáutico como «la reina de los cielos».
El avión me llevó al aeropuerto alemán de Frankfurt, donde al día siguiente tomé otro avión que me trasladó a Beijing, la capital china.
Como es habitual en mis viajes, tomé una fotografía en la terminal A de Ezeiza de mi «parejita viajera», compuesta por una valija y un bolso de mano o mochila.
Aclaro que la «parejita» no es fija, no uso las mismas valijas y bolsos de mano, los cambio de acuerdo a las necesidades del viaje.
Despaché la valija que fue directo a Beijing, no hubo necesidad de recogerla en Frankfurt para volver a despacharla.
En la misma terminal A tomé esta foto con el pasaje de Frankfurt a Beijing.
En la terminal B nos esperaba la magnífica aeronave, el avión de pasajeros más largo del mundo, con 76,3 metros desde la proa hasta la popa.
En la siguiente fotografía aparece mi querida colega Debora Slotnisky, con quien compartimos sentados juntos este tramo del viaje entre Buenos Aires y Frankfurt, que insumió un poco más de 12 horas y media.
Puedes leer más sobre mi viaje a China en estas notas.