Una noche que ejemplifica la globalización que atraviesa a gran parte del planeta fue la del 10 de abril de 2016, en un hotel de estilo español en una ciudad del sur de China donde bailó flamenco un grupo de danzarinas rusas.
Viajé a la ciudad china de Shenzhen invitado por la empresa Huawei para participar entre el 11 y el 12 de abril en sus conferencias HAS 2016, junto a unos 500 colegas y analistas del mercado de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de todo el mundo.
Como es habitual en estas actividades, la empresa anfitriona organiza la noche previa al día de inicio de las conferencias una recepción nocturna, con comidas y tragos al paso y algún espectáculo musical.
Llegué pasadas las 19.00 al hotel Intercontinental, al oeste del centro de Shenzhen, donde la recepción se realizaba en un restaurante con forma de galeón español.
La entrada al lugar incluía rayos láser, ideales para fotografías como la siguiente.
Junto a mis dos compañeros argentinos de viaje y Ana Deng, la ejecutiva de Huawei que fue nuestra genial cicerone, nos sentamos detrás de un escenario, donde podíamos hablar tranquilos, alejados un poco de la música estridente que copaba al resto del restaurante.
Estábamos algo cansados, era nuestra primera noche en China luego de un viaje de casi 48 horas entre Buenos Aires y Shenzhen, con escalas en Frankfurt (Alemania) y Beijing, la capital del país más poblado del mundo.
Y encima las 11 horas de diferencia con la Argentina ya se hacían sentir…
De repente, aparecieron dos jóvenes de ojos claros, piel muy blanca, con el pelo rubio en rodete y vestidas con ropa de baile flamenco.
Al grupo se sumó una mujer que observaba cómo las otras ensayaban una pieza de flamenco.
Luego comenzaron a dialogar entre ellas en un idioma que me sonaba conocido.
Me acerqué a ellas y en inglés les pregunté de dónde eran. Las respuestas confirmó mis sospechas: eran oriundas de San Petersburgo, la «Venecia» de Rusia.
No pude dialogar con ellas porque debían terminar los ensayos y subir el escenario, aunque posaron con gusto así ante las cámaras de nuestros teléfonos móviles.
Se sumaron otras dos bailarinas y subieron al escenario:
No conozco mucho de flamenco, pero me dio la impresión que las jóvenes, como danzarinas de este estilo de danza de las regiones españolas de Andalucía, Extremadura y Murcia, eran muy buenas exponentes de… la belleza rusa.
Agotados, a las 20.30 nos retiramos hacia el hotel donde nos hospedábamos para dormir un poco, pese al «jet lag«, en medio de una noche húmeda y que había sido levemente bizarra.
Muy buenas, únicamente quiero haceros saber del más atractivo hotel en ibiza, es vive, el cual os va a servir para poder reservar siempre con una oferta. Gracias.
Hola, por favor envía la información por aquí. Saludos.