Las aplicaciones que tenemos instaladas en los teléfonos móviles y tabletas son gratuitas pero a un costo muy alto: gracias a ellas las empresas creadoras de estos programas saben de nosotros más que nosotros mismos sobre nuestros movimientos y gustos. E incluso lo dejan en claro con informes anuales de nuestras actividades.
Por ejemplo, Spotify, una aplicación que permite acceder a un catálogo de millones de obras musicales, y sobre cuyo catálogo te recomiendo la lectura de esta nota que publicó mi amigo y colega Ariel Torres.
Spotify me envió un correo electrónico el 6 de diciembre de 2018 con el asunto: «Tu 2018 en música: Descubre lo que escuchaste», con el siguiente mensaje desafiante:
«Este año, escuchaste 1.543 canciones diferentes en Spotify. Pero ¿cuál será cuál será la #1? Descubre todo sobre lo que escuchaste en 2018».
Puedes ver la lista aquí. A continuación, una captura de pantalla.
Se trata de un centenar de canciones ordenadas por cantidades de reroducciones.
La primera fue «The larger bowl», de Rush, la famosa banda canadiense con una discografía de 40 años que desconocía, salvo su clásico disco «Moving Pictures», y a la cual dediqué en 2018 largas jornadas de audición, maravillado por la creatividad y la técnica del baterista Neil Peart.
En segundo lugar quedó «Knives out», una bella canción de mis amados Radiohead, y luego temas del siempre sorprendente Pat Metheny.
2018 fue el redescubrimiento gozoso de Burt Bacharach, además que retomé a Brad Mehldau y, por causa de un viaje a Suecia, al cuarteto ABBA, que escuchaba en mi adolescencia, junto a otros revisitados de esa época de mi vida como Peter Frampton y la banda Yes.
Para saber lo que estoy escuchando puedes visitar mi perfil en Instagram.
Desde hace unos meses comparto en las historias de esta red social algunas de las canciones que escucho en Spotify, con algún comentario menor.
Por ejemplo, al momento de escribir esta nota revisitaba la discografía de King Crimson, en especial aquellos discos que, como explica Ariel en la nota citada arriba, inexistentes para los oídos de este argentino antes de la llegada de Internet.
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