El Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) informó que, desde 2016 a septiembre de 2019, se fugaron casi 40.000 dólares por minuto del sistema formal.
El informe, cuyo resumen me envió la universidad, señala que desde hace tres años se fugan 2,4 millones de dólares por hora, 57 millones por día, 1.700 millones por mes y 20.500 millones por año.
«La fuga de capitales ya supera los 73 mil millones de dólares durante la actual gestión de gobierno. De la misma forma, la remisión de utilidades y dividendos alcanza los 7.270 millones de dólares», apunta el informe.
El documento elaborado por el equipo de economistas de la Undav advierte que desde el último desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI) hace un mes y medio, las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) cayeron en casi 17.000 millones de dólares.
Entre el 16 de julio, cuando ingresaron los dólares del FMI al país, y el 4 de septiembre, las reservas internacionales del Banco Central cayeron 16.988 millones de dólares.
«A medida que los fondos del FMI iban engrosando las reservas, rápidamente se evaporaban debido a la necesidad del BCRA de intervenir en el mercado cambiario para evitar que el tipo de cambio continúe depreciándose, sin éxito», explica el informe.
A partir de datos del propio Banco Central, el informe de la Undav remarca que el promedio de argentinos que decidieron ahorrar en dólares aumentó casi un 77% entre julio del 2016 y julio de 2019, y un 13,5% en el último año.
En julio de 2016 había unos 653.000 ahorristas, mientras que en julio de 2019 había 1.155.543 clientes, lo que representa un aumento de 502.543 personas que volcaron sus ahorros a la divisa extranjera.
Por último, el informe señala que en las tres semanas posteriores a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto, los depósitos en dólares cayeron más de 4.700 millones.
«La profundización de la crisis económica y la desconfianza del mercado ante el estrangulamiento de los dólares produjeron que la corrida cambiaria se profundizara. Las compras de divisas para atesoramiento no sólo se aceleraron, sino que tuvo inicio una corrida contra los depósitos en dólares de los bancos», concluye el informe.