La pandemia del coronavirus generó cambios radicales en las maneras de trabajar y vinculación personal. En este contexto, el comercio electrónico se constituye como una de las herramientas indispensables de adaptación y para mantenefr activa la economía.
De acuerdo con una encuesta realizada por la multinacional informática alemana SAP, en 2019 el 65% de los ejecutivos de pymes consultados en la Argentina afirmó que utiliza alguna herramienta de comercio electrónico.
Pero a raíz del aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el Gobierno nacional para ralentizar la propagación del coronavirus, la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) informó que las ventas por Internet aumentaron un 84% en abril, en comparación con un mes promedio del primer trimestre del 2020, así como un crecimiento del 38% en órdenes de compra y un 71% en unidades vendidas.
Durante las primeras tres semanas de la cuarentena las ventas en línea de los supermercados crecieron un 300% en relación con las tres semanas previas al inicio del aislamiento, según la misma fuente.
En el caso de las farmacias el aumento fue de un 60% y en el de la computación, del 50%. Así, se logró en dos meses lo que hubiera demandado dos años.
Un estudio realizado por la consultora Kantar en abril, reveló que el 31% de los argentinos declaó haber incrementado sus compras en línea, junos 12 puntos más que en la medición realizada a fines de marzo, apenas se instaló la cuarentena.
En paralelo, el uso de tarjetas y medios de pago digitales experimentó un fuerte crecimiento y el 76% de sus usuarios actuales afirmó que optará por este canal en el futuro, según Kantar.
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