Participé el 12 de noviembre en un acto en Buenos Aires por la paz en Armenia y Artsaj, que enfrentaron una guerra declarada por Azerbaiyán, que tuvo apoyo de Turquía y armamento vendido por Israel. En la actividad también se homenajeó a los caídos en el conflicto bélico entre septiembre y noviembre en el Cáucaso sur.
La actividad, convocada por la comunidad armenia en la Argentina, se desarrolló en calma en medio del dolor debido a las muertes de casi 2 mil personas en Artsakh, también conocido por su anterior nombre de la era soviética, Nagorno Karabaj o Karabagh o Alto Karabaj.
El homenaje sirvió como trabajo de duelo por las pérdidas humanas y por la derrota sufrida en el campo militar.
El acto se realizó a última hora de la tarde, apenas 48 horas después de la firma de un cese del fuego por el cual Azerbaiyán se apoderará sin batallar a partir del 15 de noviembre de territorios de Artsaj, además de los que conquistó durante la guerra, en la que participaron mercenarios sirios y libios.
El homenaje estuvo dividido en dos partes: la primera fue una serie de oraciones ecuménicas en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, a la cual solo pudo ingresar una veintena de personas, por las medidas de prevención de la pandemia del coronavirus.
El cardenal católico romano Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, y el arzobispo Kissag Mouradian, primado de la Iglesia Apostólica Armenia en la Argentina y Chile, realizaron las oraciones, que fueron reproducidas en una pantalla gigante sobre la calle Rivadavia frente a la Plaza de Mayo.
En la plaza hubo integrantes de la comunidad armenia, que luego de las oraciones encendieron velas alrededor de una cruz de candelas en la vereda frente a la catedral, en homenaje a los caídos en la guerra, junto a fotografías de algunos de ellos.
Te comparto a continuación una serie de videos y una galería de fotografías que tomé con un teléfono móvil Samsung Galaxy Note20 Ultra. Puedes ampliar las imágenes haciendo clic sobre ellas.