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El 2020 será recordado como “el año de la pandemia”, y también, quizá, como el año en el que aprendimos qué son los “trabajadores esenciales”, esos «héroes silenciosos», esas personas que brindan servicios básicos y quedaron exceptuadas del aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO).

Recorrer un centro de salud, de día y de noche, para desinfectar baños, pasillos, salas de espera, consultorios, quirófanos y las decenas de ámbitos que tiene un hospital está en ese podio de los “esenciales” junto a los médicos, las enfermeras, y tantos otros que ayudan a salvar vidas.

Porque mantener limpios los espacios en los que vivimos, y especialmente donde estamos cuando tenemos un problema de salud, salva vidas.

El 2 de marzo de 2020 vino a patear el tablero en muchos sentidos: fue el día en que se registró el primer caso de Covid-19 en la Argentina, confirmado en el Hospital Dr. Diego Thompson de la ciudad de San Martín, en el Gran Buenos Aires, donde Pulcrus, nuestra empresa de servicio de limpieza e higiene, trabaja desde mediados del año 2016.

A partir de ese momento, activamos lo que fue el principio de un protocolo propio que luego validó IRAM 3820:2020, y fue la cuarta empresa de limpieza del país en adquirirla.

Esa fue nuestra premisa número uno: cuidar a nuestros empleados y ayudar a que otros se cuiden.

Esto implicó no sólo responder a las necesidades de ocho hospitales o en los centros de aislamiento (once de atención primaria y cuatro de atención vecinal) que se montaron en pocas horas en los municipios en los que trabajamos, sino también cuidar a los que cuidan.

La capacidad de liderazgo de nuestros empleados fue fundamental. Tuvieron que hacer frente a los desafíos y confiar en sus recursos, producto de años de experiencia en servicio, para atender a la comunidad en uno de los momentos más críticos de nuestra historia.

La contribución de este tipo de trabajadores esenciales todavía no fue debidamente destacada.

Tenemos que poner en evidencia la labor de los héroes silenciosos que, desde las tareas de limpieza e higiene, colaboraron con el funcionamiento del sistema de salud asumiendo tareas de alto riesgo, también fundamentales.

Mediante capacitaciones y de la mano con el gremio, se brindaron elementos de protección personal, se intensificaron los planes de trabajo y se compartió el protocolo en diversos formatos sin descanso.

Éramos conscientes de que la Covid-19 no era de las más graves afecciones en comparación con las que lidiamos a diario, pero sabíamos que se trataba de una enfermedad muy contagiosa y que terminaría afectando a muchos de nuestros seres queridos.

Contar con «know how» en términos de higiene en contextos de riesgo fue clave para poder actuar de manera proactiva y anticipada, incluso antes de la declaración de la cuarentena.

El conocimiento y experiencia de nuestros héroes silenciosos junto al personal de salud, permitió una rápida adaptación a la nueva realidad en épocas de incertidumbre extrema.

Sebastián Lusardi

Director ejecutivo de Grupo L.

César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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