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Divina ternura nuestra que nos habitas,
santificado sea tu toque sanador,
que se vaya haciendo tu voluntad de plenitudes postergadas
en los hospitales, entre las gentes empobrecidas,
en las personas que luchan por mundos más justos;
danos pan, arroz, agua limpia, acceso a la salud, vacunas,
equidad de oportunidades y de reconocimiento,
porque todo lo tuyo ha de ser nuestro,
compartido y no exclusivo.

Perdónanos los privilegios y las ambiciones y los maltratos
y las negaciones y las violencias y las manipulaciones
y todo lo que daña las relaciones humanas
y lastima lo que tan bellamente creaste.

Y enséñanos a perdonarnos, a liberarnos de las culpas viejas
que las malas teologías han cargado sobre nuestras espaldas.

No nos dejes caer en la tentación del olvido,
porque la memoria frágil es alimento para quienes abusan
y oprimen y perpetúan los odios y las divisiones.
Líbranos del mal y de quienes se regocijan en el mal.

Porque tuya es la esperanza que nos sostiene,
tuya la gracia que nos transforma
y tuyos los rumbos nuevos que nos desafían.

Hasta el amén definitivo.

Gerardo Carlos C. Oberman

Fuente: perfil del autor en Facebook.

Imagen: "Ternura", de Oswaldo Guayasamin.
César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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