Al estilo de la aldea gala de Astérix, pertenezco al pequeño e indomable pueblo de usuarios de WhatsApp que resiste a la presión del imperio roma…, disculpa, del imperio que intenta imponer sus criterios de comunicación sincrónica a todo el mundo.
Cohortes de usuarios de ese imperio aplican a esta aplicación criterios de conversación telefónica a comunicaciones laborales con mensajes del tipo: «Hola, César. ¿Cómo estás?» y se quedan esperando una respuesta para ir al grano. O que ni siquiera dicen «hola».
Te comparto mi mensaje de estado en la aplicación, vigente al momento de publicar esta nota y que pocos leen porque se reiteran este tipo de abusos:
Te lo escribo, por si quieres copiarlo y aplicarlo en tu perfil:
«Puedo tardar en responder. Si es urgente, llámame. No escucho mensajes de audio. No acuso recibo de mensajes de prensa. No respondo «Hola».
Por supuesto, exceptúo de esto a parientes y amigos, aunque no soy de responder rápido porque tengo apagadas todas las notificaciones en mis teléfonos móviles, salvo las llamadas.
En las siguientes notas encontrarás parte del arsenal de la aldea gala que luchamos por un uso asincrónico de WhatsApp:
- WhatsApp: 8 errores que te pueden costar caro
- Stop personal al uso de WhatsApp para prensa y relaciones públicas
- Reglas de buena comunicación en WhatsApp
- WhatsApp no equivale al e-mail en periodismo y relaciones públicas
- Vade retro, mensajes de audio en WhatsApp
Si te gustó o sirvió algo que publiqué, te ofrezco dos alternativas para agradecer y permitir la continuidad de mi trabajo en Bahía César, haciendo clic sobre ellas:
sigo parendiendo con sus notas… Gracias!
¡Muchas gracias, Ana!