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Los casos de espionaje a periodistas y trabajadores de los medios de comunicación a través de programas de vigilancia se multiplicaron en los últimos años en todo el mundo.

En el día mundial de la libertad de prensa, que se conmemora el 3 de mayo, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) instaron a los gobiernos y los organismos internacionales a que colaboren con los sindicatos de periodistas para elaborar normativas claras y estrictas que prohíban el espionaje a periodistas y reconozca la inviolabilidad de sus comunicaciones.

La publicación de investigaciones que revelan la amplitud y el alcance del uso de programas de espionaje a periodistas evidencia que la vigilancia a periodistas es una de las principales y más preocupantes amenazas para la libertad de prensa en la actualidad.

Desde Asia-Pacífico hasta América latina, pasando por Europa y Oriente Medio, muchos gobiernos, según la FIP, utilizaron sofisticados programas espía, para atacar y controlar a periodistas.

La falta de regulación y control sobre el uso de este tipo de programas de espionaje, originalmente diseñados para luchar contra la delincuencia y el terrorismo, permite su uso malintencionado contra periodistas, políticos, defensores de los derechos humanos y dirigentes de la sociedad civil.

En el caso de los periodistas, este software se utilizó para acceder a sus dispositivos de trabajo sin su conocimiento.

Con sólo hacer clic en un enlace aparentemente inocente, el dispositivo queda infectado y permite a los atacantes el acceso total a contraseñas, cuentas, llamadas, correos electrónicos e incluso comunicaciones cifradas. También puede grabar vídeo, audio y leer mensajes sin que los periodistas lo sepan.

Con pleno acceso a los teléfonos de los periodistas, los gobiernos pueden descubrir sus fuentes de información, frenar sus investigaciones, intimidarlos y, en algunos casos, acabar impidiendo la publicación de su trabajo.

Espionaje a periodistas: una práctica popular entre los gobiernos de todo el mundo

En los últimos meses, organizaciones de medios de comunicación y organismos internacionales denunciaron decenas de casos de espionaje a profesionales de los medios de comunicación.

En julio de 2021, el proyecto Forbidden Stories reveló que 180 teléfonos de periodistas estaban infectados con el programa espía Pegasus en todo el mundo. Pero no han sido los únicos.

En El Salvador, una investigación realizada por The Citizen Lab demostró que al menos 31 profesionales de los medios de comunicación fueron espiados por el programa israelí Pegasus entre junio de 2020 y noviembre de 2021. Muchos de los periodistas espiados (22) trabajaban para el diario digital El Faro, crítico con el presidente salvadoreño Nayib Bukele.

La misma organización reveló que el periodista griego Thanasis Koukakis fue espiado por otro software de vigilancia llamado Predator durante al menos tres meses, entre el 12 de julio y el 24 de septiembre.

También en Europa, otra investigación ha sacado a la luz recientemente un supuesto espionaje a periodistas catalanes en España.

En Jordania, el teléfono inteligente de la periodista «freelance» Suhair Jaradat fue «hackeado» con Pegasus entre agosto de 2019 y diciembre de 2021.

Estos son solo algunos de los casos confirmados y descubiertos; el número real de espionajes es mucho mayor, según la FIP.

Reclamos de la FIP

Ante la avalancha de nuevos casos de espionaje a periodistas y con motivo del día internacional de la libertad de prensa, la FIP pidió en un comunicado que me envió:

  • A los periodistas que redoblen los esfuerzos para proteger sus propios datos y dispositivos y a los de medios de comunicación a promover la formación sobre seguridad digital de sus trabajadores.
  • A los gobiernos que trabajen para consagrar en legislación nacional la inviolabilidad de las comunicaciones y fuentes de información de los periodistas, tanto en abstracto como en las leyes y reglamentos específicos, como las leyes nacionales relativas a la vigilancia.
  • Que la comunidad internacional construya un régimen internacional que permita la inspección y regulación de todas las organizaciones que suministran productos que tienen la capacidad de socavar los derechos y libertades fundamentales de los periodistas.

«La vigilancia no aporta ninguna seguridad a los periodistas, al contrario, les pone en peligro. Cada día se descubre un nuevo caso de espionaje a un periodista. Esta práctica está creciendo y se necesitan urgentemente acciones globales y nacionales para frenarlo. El próximo Congreso de la FIP en Omán explorará cómo se puede abordar el espionaje a periodistas y trabajaremos con nuestros afiliados para garantizar que los periodistas estén mejor equipados y preparados para protegerse contra ataques informáticos».

Younes Mjahe, presidente de la FIP.


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César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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