Skip to main content

Vivimos en una era de cambios profundos, donde la disrupción tecnológica, la urgencia de la sostenibilidad ambiental y el empoderamiento individual a través de la comunicación y la tecnología remodelan el entorno empresarial.

La pandemia del coronavirus, con su impacto sin precedentes, acentuó la necesidad de replantear las dinámicas laborales y el enfoque hacia el bienestar de los colaboradores.

Este fenómeno puso de manifiesto los efectos adversos que las transformaciones en la cultura organizacional pueden tener sobre la salud mental y física de los empleados, los líderes y, en última instancia, las compañías.

Las estadísticas son contundentes. El 53% de los trabajadores declara ser infeliz en sus empleos, con uno de cada tres manifestando desconfianza hacia sus empleadores, según Alexis Zahner, experta en liderazgo y cultura.

Un estudio de Trendsity revela que el 81% de los argentinos se siente víctima del «overworking» («trabajar demasiado»), enfrentando cargas laborales y horarias excesivas.

La depresión y la ansiedad, condiciones de salud mental prevalentes en el ámbito laboral, son responsables de la pérdida de aproximadamente 12 mil millones de días laborales al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La necesidad de un liderazgo humanizado nunca fue como ahora tan evidente. La salud organizacional, entendida como el bienestar físico y mental de la gente que forma parte de la empresa, se convirtió en una prioridad ineludible.

Tomo sobre estos temas la siguiente afirmación:

«La pandemia fue un componente más de la crisis y el cambio fundamental que estamos experimentando. En primer lugar, intensificó la búsqueda de sentido en nuestras vidas. En segundo lugar, aceleró el aumento de la patología en el trabajo y en la vida en general. No sabemos completamente cuáles serán los efectos a largo plazo de esto, ya que se requerirá un análisis longitudinal. Sin embargo, lo que está claro es que la pandemia provocó una reevaluación de cómo queremos vivir y trabajar, así como un aumento en la toxicidad en el ámbito laboral y personal».

Mariano Barusso, fundador y director general ejecutivo de Asertys.

La pandemia dejó claro que cuidar nuestro bienestar es más importante que nunca, especialmente en el lugar de trabajo. Con el repentino cambio al trabajo remoto y todas las incertidumbres que conlleva, los factores estresantes existentes se intensificaron y surgieron nuevos desafíos.

A medida que la Generación Z, una generación que valora la salud mental más que cualquier otra, ingresa a la fuerza laboral, es esencial que las organizaciones se adapten y desarrollen políticas que satisfagan las necesidades de salud mental de sus empleados.

Distintos estudios sostienen que una mala salud mental puede provocar una disminución de la productividad y dificultad para concentrarse en las tareas. Esto puede provocar el incumplimiento de plazos, un aumento de errores y una sensación abrumadora.

De hecho, un estudio realizado este año por la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) encontró que el 92% de los trabajadores estadounidenses dijeron que para ellos es importante trabajar para una organización que valore su bienestar emocional y psicológico.

El estrés en el lugar de trabajo genera pérdidas anuales de aproximadamente 300 mil millones de dólares para las empresas con sede en Estados Unidos.

Entre una encuesta de 2.000 personas, aproximadamente el 35% identificó a su supervisor como la principal fuente de estrés en el trabajo, lo que subraya la importancia de que los líderes muestren una mayor empatía.

Solo uno de cada cinco empleados cree que su responsable empresarial promueve activamente su crecimiento profesional.

La adopción de un liderazgo humanizado implica, en cambio, reconocer a los empleados no solo como recursos productivos, sino como individuos con ideas, emociones y aspiraciones.

Este enfoque no solo busca objetivos cuantificables, sino que también se centra en acompañar a las personas y los equipos, influyendo positivamente en las prácticas y procedimientos de la organización.

El liderazgo humanista se fundamenta en situar a las personas por encima de los beneficios económicos, promoviendo empresas más sostenibles y prósperas a largo plazo.

Los datos respaldan esta necesidad. Una encuesta de Gartner realizada en marzo de 2022 a más de 230 líderes de recursos humanos reveló que el 90% cree que para tener éxito en el entorno laboral actual, los líderes deben centrarse en los aspectos humanos del liderazgo.

Sin embargo, solo el 29% de los empleados informó que su líder actual se alinea con este enfoque. Los líderes humanos se caracterizan por ser auténticos, empáticos y adaptativos, cualidades que resultan esenciales para enfrentar los desafíos del nuevo panorama laboral.

Una encuesta realizada por Gallup encontró que, para la mayoría de los colaboradores consultados, los grandes gerentes tienen los siguientes talentos:

  1. Además de fomentar la confianza y la comunicación abierta, ofrecen total transparencia.
  2. No es la política, sino la productividad la que impulsa sus decisiones.
  3. Con una misión y una visión convincentes, motivan e involucran a todos sus empleados.
  4. Fomentan una cultura de rendición de cuentas clara.
  5. Son capaces de impulsar resultados, superar la adversidad y superar la resistencia.

La investigación de Gartner identificó tres componentes que conforman el liderazgo humano:

  1. Auténtico: actuar con un propósito y permitir una verdadera autoexpresión, tanto para ellos como para sus equipos.
  2. Empático: mostrar cuidado, respeto y preocupación genuinos por el bienestar de los empleados.
  3. Adaptativo: permitir flexibilidad y soporte que se adapten a las necesidades únicas de los miembros del equipo.

«Las organizaciones que son capaces de desarrollar más líderes humanos encontrarán que los equipos de estos líderes tienen menos rotación, mayores puntuaciones de compromiso y mejor bienestar», dijo Caitlin Duffy, directora de investigación en la práctica de recursos humanos de Gartner.

«Aunque estas cualidades pueden haber sido importantes para un buen liderazgo en el pasado, hoy no son negociables, particularmente para competir en el nuevo panorama de talentos actual», agregó.

Un liderazgo centrado en las personas no solo responde a las demandas de una nueva era, donde la salud mental es valorada más que nunca, sino que también trae consigo beneficios tangibles para las organizaciones.

Un estudio de la Universidad de Oxford en 2019 encontró que los empleados felices son un 13% más productivos.

Peter Drucker, uno de los más influyentes pensadores en el ámbito de la gestión, insistía en la centralidad del ser humano para la gestión eficaz de las empresas.

«Las empresas que han podido aprovechar esas reservas no siempre utilizadas de los humanos, como la capacidad y la actitud, lograron aumentos espectaculares en la productividad, de modo que la gestión de los hombres debería ser la principal preocupación de las direcciones operativas, en lugar de la gestión de cosas y técnicas en las que se ha centrado la atención hasta ahora», dijo Drucker.

Creo que la visión de Drucker sigue siendo relevante hoy en día, ya que un enfoque humanista en el liderazgo puede transformar radicalmente el entorno laboral, fomentando una mayor satisfacción, retención y productividad.

Un liderazgo humanizado se manifiesta en prácticas concretas que van más allá de las políticas tradicionales de recursos humanos. Incluye la creación de canales de comunicación abiertos y efectivos, la implementación de programas de apoyo a la salud mental, y la promoción de un equilibrio entre la vida laboral y personal.

Estas prácticas no solo mejoran la calidad de vida de los empleados, sino que también fortalecen la relación entre empleadores y colaboradores, creando un ambiente de confianza y respeto.

Para las organizaciones, cultivar la salud organizacional a través de un liderazgo humanizado puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Las empresas que priorizan el bienestar de sus empleados encuentran una mayor lealtad, menor rotación y un ambiente de trabajo más positivo y productivo.

Hemos visto de primera mano la importancia de apoyar el bienestar integral de los empleados. Nuestra experiencia nos muestra que cada vez más empresas buscan servicios como arteterapia, «mindfulness», psicología, yoga, entre otros. Estas herramientas permiten a los líderes humanos crear entornos laborales más saludables y sostenibles.

Para prosperar y sobrevivir, toda empresa necesita beneficios. Pero con un enfoque de liderazgo humanista, las empresas y las personas prosperan.

Con las constantes amenazas del cambio medioambiental y los conflictos geopolíticos, necesitamos más que nunca el liderazgo humanista para hacer posible un mundo sostenible y más pacífico.

Este enfoque implica ver a los equipos no como engranajes de una máquina, sino como personas únicas, cuyo desarrollo y bienestar son cruciales para cualquier éxito duradero.

Adoptar este enfoque puede ser un desafío, pero también es una oportunidad inmensa para crear lugares de trabajo más vibrantes, innovadores y humanos. Al final del día, las empresas que prosperan son aquellas que se atreven a poner a las personas primero.

Víctor Dosoretz

Víctor Dosoretz

Cofundador y director general ejecutivo de Briut Salud.


Si te gustó o sirvió algo que publiqué, te ofrezco dos alternativas para agradecer y permitir la continuidad de mi trabajo en Bahía César, haciendo clic sobre ellas:


Introduce tu correo electrónico para suscribirte a Bahía César y recibir avisos de nuevas notas.

Bahia Cesar

Bahía César es el sitio web de César Dergarabedian, quien desde marzo de 2012 publica en forma ininterrumpida notas sobre las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y otros temas que van desde la fotografía hasta la salud, pasando por el periodismo, el turismo, la educación, la música y los emprendedores. Este sitio web no tiene relación ni directa ni indirecta con las empresas para las cuales trabaja su fundador y editor.

Deja un comentario