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La agresión sufrida por el fotoperiodista Pablo Grillo, atacado por la Gendarmería Nacional el 12 de marzo mientras cubría una movilización en apoyo a los reclamos de los jubilados por mejores haberes, generó una ola de indignación en la Argentina.

Este ataque pone en evidencia la creciente violencia gubernamental contra los trabajadores de prensa, y refleja un contexto político y social marcado por la represión y el deterioro de las garantías democráticas bajo el gobierno del presidente Javier Milei.

Pablo Grillo

Crédito de fotografía: «Pepe» Mateos.

Pablo Grillo, de 35 años, es un fotógrafo independiente oriundo del municipio de Lanús, en el sur del Gran Buenos Aires. Dedicado a la fotografía documental, también es alumno de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA).

En sus redes sociales, Grillo se identifica como militante kirchnerista y seguidor de las gestiones de Néstor y Cristina Kirchner. Además, está vinculado al partido Nuevo Encuentro, liderado por Martín Sabbatella.

Su trabajo como reportero gráfico lo llevó a cubrir diversas movilizaciones sociales, siempre con un enfoque comprometido con los derechos humanos y las causas populares. Sin embargo, su trabajo lo colocó en el centro de un episodio que ha conmocionado al país.

La agresión contra Pablo Grillo: Un ataque directo a la libertad de prensa

El 12 de marzo, mientras cubría una masiva protesta frente al Congreso Nacional en Buenos Aires, Pablo Grillo fue gravemente herido por una granada lacrimógena disparada por un gendarme.

El proyectil impactó directamente en su cabeza mientras estaba agachado tomando fotografías, dejándolo inconsciente en el acto. El impacto le provocó una fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica, lo que requirió dos cirugías urgentes para intentar salvar su vida.

El ataque quedó registrado en videos, y generó una fuerte repercusión mediática y social.

Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras (RSF) y la Federación Internacional de Periodistas condenaron este acto como un ejemplo alarmante del uso desproporcionado de la fuerza contra periodistas en la Argentina.

Al momento de la publicación de este artículo, Grillo permanecía internado en estado crítico en el Hospital Ramos Mejía, en Buenos Aires.

El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) emitió un contundente comunicado repudiando las agresiones sufridas por Pablo Grillo y otros periodistas durante manifestaciones recientes.

“Exigimos el cese inmediato de la represión contra trabajadorxs de prensa y garantías para el ejercicio libre del periodismo”, reclamó el sindicato, que responsabilizó al Gobierno nacional por las condiciones que ponen en riesgo la integridad física de quienes ejercen esta profesión.

RSF calificó el ataque como parte de una «alarmante escalada» en la violencia contra periodistas en la Argentina. La organización recordó que este no es un caso aislado: en los últimos meses se han registrado múltiples incidentes similares durante manifestaciones, incluyendo agresiones con balas de goma y gas pimienta dirigidas directamente a trabajadores de prensa.

Un gobierno hostil hacia los periodistas

La agresión a Pablo Grillo debe analizarse dentro del contexto político actual. Desde que asumió la presidencia en diciembre de 2023, Milei mantiene una postura abiertamente hostil hacia los medios y periodistas críticos a su gestión.

En múltiples ocasiones, Milei descalificó públicamente a periodistas con términos como «ensobrados», «difamadores» y «extorsionadores».

Según un informe del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), un tercio de los ataques contra periodistas durante los primeros meses del gobierno provinieron directamente del presidente o su entorno.

Además de las agresiones verbales, se documentaron casos donde funcionarios públicos y militantes oficialistas replican estas descalificaciones en redes sociales, generando un clima adverso para el ejercicio del periodismo independiente.

Este ambiente hostil se ha traducido también en acciones represivas durante protestas sociales, como ocurrió con Pablo Grillo y otros colegas y reportero gráficos.

Más de 30 trabajadores de prensa heridos en la represión frente al Congreso de la Nación

El caso de Grillo es el más cruento y grave en una serie de muchos incidentes recientes que reflejan una tendencia autoritaria. Desde principios del mandato de Milei:

  • Se registraron ataques físicos a periodistas durante coberturas en manifestaciones.
  • Las fuerzas policiales utilizaron balas de goma y gas pimienta contra trabajadores de prensa.
  • Se denunciaron restricciones al acceso a información pública y presiones sobre medios críticos.

Restricciones inéditas a la prensa en el Congreso ordenadas por el Gobierno nacional

En noviembre, Milei llamó «delincuentes del micrófono» a los periodistas durante un acto público, reforzando su discurso confrontativo hacia los medios.

Estas declaraciones no solo buscan desacreditar a la prensa sino también legitimar acciones represivas contra quienes ejercen esta labor fundamental para la democracia.

Libertad de expresión bajo ataque en la Argentina durante el primer año de gobierno de Javier Milei

La agresión a Pablo Grillo generó repudio internacional. Organizaciones como la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y Reporteros Sin Fronteras exigieron justicia para Grillo y garantías para la seguridad de los periodistas en la Argentina.

La FIP señaló que “los ataques contra la prensa son ataques contra toda la sociedad” e instó al Gobierno nacional a asumir su responsabilidad en estos hechos.

Pablo Grillo camarazo

«Camarazo» de reporteros gráficos en repudio a la agresión contra Pablo Grillo.


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César Dergarabedian

Soy periodista. Trabajo en medios de comunicación en Buenos Aires, Argentina, desde 1986. Especializado en tecnologías de la información y la comunicación. Analista en medios de comunicación social graduado en la Universidad del Salvador. Ganador de los premios Sadosky a la Inteligencia Argentina en las categorías de Investigación periodística y de Innovación Periodística, y del premio al Mejor Trabajo Periodístico en Seguridad Informática otorgado por la empresa ESET Latinoamérica. Coautor del libro "Historias de San Luis Digital" junto a Andrea Catalano. Elegido por Social Geek como uno de los "15 editores de tecnología más influyentes en América latina".

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