San Francisco tiene dos puentes famosos. Uno es el icono de la ciudad californiana, el Golden Gate, reconocido por su color naranja-rojizo, su estilo art decó y su espectacularidad en medio del estrecho que une la bahía de San Francisco con el océano Pacífico.
El otro puente es el que une el centro urbano más famoso de la costa oeste de los Estados Unidos con la ciudad vecina de Oakland.
Llegué a San Francisco la tarde del 17 de agosto junto a mi hija Agustina en una etapa más de nuestras vacaciones californianas.
Luego de ingresar al hotel donde nos hospedamos esa semana y de registrarnos en el foro de desarrolladores de la empresa Intel, que cubrimos para los diarios digitales donde trabajamos, nos dirigimos al puente de la bahía, el más cercano al centro de la ciudad.
Era la hora del atardecer, especial porque cambia a cada minuto el panorama con el ocaso del sol y el encendido de las luminarias.
Aproveché para tomar desde el muelle más cercano al puente estas fotografías que comparto en la siguiente galería. Luego de las fotos hay algunos datos del puente de la bahía.
El puente está compuesto por dos grandes secciones: una es colgante de 2.822 metros de longitud, al oeste, que aparece en las fotos. La otra sección es un puente en ménsula de 3.101 metros, al este.
Los dos segmentos principales se unen en la isla de Yerba Buena, a cada orilla.
El segmento occidental termina en San Francisco y se compone de dos puentes colgantes con un anclaje central. La parte oriental termina en Oakland.
Los puentes originales fueron diseñados por Ralph Modjeski. La obra se abrió al tráfico el 12 de noviembre de 1936, seis meses antes de la apertura del Golden Gate.
El puente está limitado al tráfico de automóviles. No está autorizado el paso de peatones, ciclistas u otros medios de transporte, aunque los ciclistas pueden atravesar el puente en vehículos de la compañía CalTrans.