Las fiestas de fin de año son una buena excusa para obsequiar a parientes, amigos y otras personas. Entre los artículos preferidos a la hora de regalar se encuentran los vinos.
En este caso, el obsequiador prefiere habitualmente jugar sobre seguro y elige marcas y bodegas muy conocidas y caras, desaprovechando la riqueza vitivinícola argentina.
Consulté al respecto con mi amiga Andrea Catalano, dueña de Brindemos, un emprendimiento personal dedicado a la venta de vinos de bodegas boutique provenientes del Valle de Uco, en Mendoza, una de las zonas más bellas y de mayor riqueza frutícola de esa provincia.
Andrea me sugirió las siguientes cuatro bodegas, ideales para sorprender con un excelente regalo vitivinícola, más allá de las marcas tradicionales y famosas: Bodegas Gouguenheim y Finca La Luz, ambas con los establecimientos más antiguos de la zona, que datan de la década del 60; Mirador de Estrellas y Laureano Gómez.
Las líneas de vinos que comercializan son los siguientes: Valle Escondido y Estaciones del Valle (Gouguenheim), Callejón del Crimen (Finca La Luz), Mirador de Estrellas, en botella y «bag in box», y Laureano Gómez (ex enólogo de Salentein durante 11 años).
A ellos se suma la línea de espumantes dulces de Estancia Mendoza, la bodega de alta gama de Fecovita, también ubicada en el Valle de Uco.
Todos estos vinos y espumantes se consiguen aquí.
En Brindemos se encuentran vinos que no se consiguen en los supermercados y que, principalmente, se destinan al mercado exportador.
Son vinos ideados y elaborados por prestigiosos enólogos, que antes de tener su propio emprendimiento, se forjaron como grandes profesionales en bodegas de renombre.